La derrota ante el Mallorca, lejos de ser sólo un nuevo paso atrás, es mucho más que eso a tenor de los resultados de esta jornada. De hecho, el petardazo complica seriamente al Sevilla sus opciones de disputar competición continental. Unai Emery lo dijo en la rueda de prensa previa al choque: "Nos jugamos parte de la temporada en este partido". Sus palabras tenían razón de ser, no salieron de su boca cual tópico futbolístico. Los números actuales, en contra de las aspiraciones nervionenses, le dan la razón.
En estos momentos, el Sevilla ocupa el 12º puesto de la clasificación con 35 puntos. Ha perdido dos posiciones respecto a la pasada jornada. Valladolid, también con 35 puntos pero con ventaja gracias tanto al goal average general como -provisionalmente- al particular; y Levante, que tiene 36 tras su empate con el Getafe, son los dos equipos que han superado al de Emery.
En cualquier caso, la peor noticia es que el Sevilla se aleja peligrosamente del octavo clasificado, un puesto que a día de hoy otorga plaza de competición europea por aquello de la situación del Málaga (pendiente del TAS por sus problemas con la UEFA) y la presencia de Real Madrid y Atlético en la final de Copa, quienes dejarían una plaza de Europa League libre si van a la Champions.
Sin embargo, lo que a todas luces representa una gran oportunidad para alcanzar el objetivo se aleja de forma realmente peligrosa. Así, mientras el Sevilla estaba a sólo tres puntos del octavo clasificado antes de esta jornada, su derrota en Mallorca y los resultados de sus rivales han hecho que la brecha sea de seis puntos en estos momentos, a falta de once jornadas para el final del campeonato. Y más lejos aún quedan el quinto, sexto y séptimo puesto de la tabla.
Haciendo números. El Sevilla ha ganado 10 de los 27 partidos de Liga que ha disputado hasta la fecha. Un porcentaje de victorias (37%) que no sólo tendrá que mejorar sino incluso duplicar en lo que resta de competición si quiere alcanzar el octavo puesto. La proyección actual de puntos del Rayo Vallecano, el equipo que lo ocupa en estos momentos, indica que éste sumaría 57 al término del ejercicio, por lo que el Sevilla tendría que llegar a 58 para hacerse con ese puesto si quiere volver a jugar en Europa. El equipo de Emery debe conseguir, por tanto, en torno a 23 de los 33 puntos que restan por disputar. O lo que es lo mismo: ganar prácticamente ocho de los once encuentros -un 73% de victorias, el doble del porcentaje actual- en este rush final de la Liga.
La derrota de Mallorca, claramente, ha sido un serio paso atrás para las aspiraciones del Sevilla, que dejó escapar la oportunidad de puntuar en un campo propicio en sus últimas visitas y por la propia trayectoria del conjunto balear esta temporada.
Lo que está por llegar. El Sevilla disputará en casa seis de los once partidos que restan: Zaragoza, Athletic, Atlético de Madrid, Espanyol, Real Sociedad y Valencia. No hay peritas en dulce sino más bien todo lo contrario. Los cinco lejos de Nervión (Levante, Betis, Valladolid, Málaga y Osasuna) tampoco serán fáciles.
En la primera vuelta, con Míchel en el banquillo, el Sevilla sumó sólo 8 puntos frente a estos adversarios: ganó a Betis y Osasuna y empató con Espanyol y Levante. Un pobre bagaje que ahora ni que decir tiene que no servirían absolutamente para nada. Como mucho, para despedir el campeonato salvando la categoría.
Pero ya lo ha dicho Emery: "Ahora toca levantarnos porque quedan más finales. Hemos perdido esta batalla guerra pero la guerra es larga. Quedan once partidos y muchos puntos por disputar". El tiempo dirá.
