Dos semanas después de que se encontrara el cadáver de la niña de 13 años María Esther Jiménez Villegas las detenciones de los implicados por su muerte son inminentes. La Guardia Civil cada vez tiene más claro quiénes son los culpables del crimen y el principal acusado de la muerte podría ser un menor de 16 años que espera, encerrado, su arresto.
Las investigaciones sobre el crimen de Arriate siguen avanzando. Aunque los pelos y restos de piel que María Esther tenía en la mano señalan a un sospechoso, un joven de la pandilla que ella frecuentaba, los investigadores tienen pruebas de que participaron más chavales.
Según ha podido saber Informativos Telecinco y explican en su página web, el principal sospechoso de la muerte de la joven es un menor de 16 años.
Las detenciones de los implicado son inminentes y, al parecer, tanto el inductor como los encubridores permanecen encerrados esperando su arresto. Se trata de unos chavales del mismo instituto en el que estudiaba Esther, a los que después de interrogarles pidieron saliva para cotejar el ADN.
Tal como avanzó Informativos Telecinco, estas pruebas que se recogieron del cuerpo de la niña y en la caseta donde se encontró han puesto nombres y apellidos a los implicados.
También están resultando decisivas, además de las pruebas de ADN, las declaraciones de los últimos amigos con los que estuvo María Esther en la parada de autobús antes de morir.
Todo apunta a que María Esther conocía bien a sus agresores, por eso, fue voluntariamente a la caseta y dejo su abrigo y su gorro bien colgados. Después, alguien pudo sujetarla por detrás mientras era golpeada hasta tres veces con una piedra de cuatro kilos.
La cara de la menor quedó desfigurada y le taparon la cabeza con un trapo. Los agresores dejaron su cuerpo sentado de espaladas a la puerta de la caseta. BQM
