El PP siempre ha tenido esa virtud regia de cerrar filas en torno a una figura para que liderara el partido en Sevilla que, en la mayoría de ocasiones, ha estado estrechamente vinculada a la dirección regional de San Fernando y sin apenas disidencia. Salvo en 2000, cuando Ricardo Tarno –por aquel entonces uno de los validos de Arenas– se topó con una corriente crítica liderada por el concejal de Osuna Miguel Ángel Aráuz, el PP siempre llegaba a cada congreso para la elección de presidente del partido con los deberes hechos, es decir, con una sola candidatura. Hubo un tímido intento en 2008, pero el que fuera edil capitalino Joaquín Peña ni llegó a presentar los avales para batirse el cobre con el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, que cuatro años después ha dado el salto de la mano de Zoido para tomar las riendas del PP andaluz tras la marcha de Arenas.
Con Sanz y Zoido fuera del cartel y con los dos pies en la sede de San Fernando, la elección del aparato era obvia: Juan Bueno. Su perfil cumple los requisitos de la nueva dirección regional: es el actual secretario general del PP de Sevilla –por lo que evitan revoluciones o cambios de ciclos– y es del círculo de Zoido hasta el punto de ser su portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla. Además, no está alejado de la provincia, el punto débil de los populares en cada cita con las urnas. De hecho, ha sido fiel opositor al PSOE en la Diputación de Sevilla durante 11 años.
Pese a ese currículum, el aparato del partido no contaba con que se le colaría una china en el zapato en forma de candidatura alternativa. En 22 años, sólo Aráuz llegó al congreso de 2000, aunque no participó al ser invalidados una serie de avales –repetidos en ambas candidaturas– que le dejaban por debajo del 20% exigible para optar a liderar al PP sevillano. Para el resto de opciones, fue un paseo triunfal: Soledad Becerril (1990), Jaime Bretón (1993), José María Pareja (1996) o el propio Ricardo Tarno en su reelección (2004) tuvieron una votación plácida. Aunque el proceso es largo y están en fase de precandidatura –hoy mismo habrá novedades–, todo apunta a que Bueno no encontrará esa calma por la presentación de la candidatura de la alcaldesa de Bormujos, Ana Hermoso, algo que, según fuentes del propio partido, ha pillado por sorpresa a la dirección provincial. Tanto que, una semana después de anunciar la candidatura, el entorno de Bueno ha sacado a relucir todas sus credenciales, con Zoido y Sanz a la cabeza y terminando este viernes con la histórica Amalia Gómez, coincidiendo con la presentación de los avales de su rival.
Juan Bueno representa el efecto Zoido, que arrasó en los comicios municipales en la capital. Por eso motivo sus avales, salvo excepciones como las del alcalde de Espartinas, Domingo Salado, el vicealcalde de Sanlúcar la Mayor, Antonio Manuel Pérez, o su previsible número 2 en el provincial, Eloy Carmona (Tomares), son de la capital. Es el caso de Nuevas Generaciones, que lidera el edil capitalino José Luis García; o el apoyo de Alicia Martínez, que a pesar de su condición de parlamentaria hay que recordar su periplo como portavoz del PP en el Consistorio hispalense. Hasta Ricardo Tarno, a pesar de ser el actual alcalde de Mairena del Aljarafe, tiene su ADN político afincado en la capital. En esa grieta, por así llamarlo, quiere colarse Hermoso. Frente al efecto Zoido, ella pretende enarbolar el paso agigantado dado en el Aljarafe, donde el PP no sólo ha recortado en voto al PSOE, sino que en los últimos tres comicios se ha situado en un escenario de empate técnico. Dentro de ese ascenso, la candidata alternativa es su ejemplo más claro, ya que pasó de tener tres concejales a ocho y, por tanto, mayoría en Bormujos. Sabedora que la capital es coto vedado, busca arropo en la provincia, defendiendo que su candidatura se centra en dar más peso a los alcaldes y de asistir y apoyar a los concejales que están en la oposición en zonas inaccesibles históricamente para el PP, como es el caso de la Sierra Norte o la Sierra Sur. Esta idea no es nueva, ya que la empezó a trabajar Sanz nada más ser elegido presidente del PP en Sevilla en 2008 y copando la dirección con representantes provinciales, aunque su éxito al final sólo se ha trasladado al área metropolitana y no al mundo rural, clave para que esta provincia se mantenga como la única en España en la que el PP no ha podido hincarle el diente.
Hermoso ya ha iniciado su particular campaña, en la que evita la confrontación e incluso tiene palabras de elogio hacia Bueno. Su confianza reside en “la cantidad de llamadas recibidas que la han animado a que se presentara”. Su entorno confía en que, frente a todas esas voces que ya han hecho pública su adhesión a la opción del sector oficialista, hay muchas otras que creen en otra forma de hacer política, focalizando los esfuerzos en la provincia. Sin embargo, otras fuentes del PP sevillano contratacan argumentando que este paso adelante responde más bien al distanciamiento que produjo el hecho de que la dirección provincial tomara la decisión de no incluir a la alcaldesa en los puestos de salida de la lista de PP al Congreso de los Diputados.
Sea cuál fueran las razones, lo cierto es que, una vez se validen los avales presentados –Bueno lo hace una semana y Hermoso el viernes–, habrá dos opciones para liderar el PP en Sevilla, que requiere de un proceso muy meticuloso y que en estos momentos se encuentra en su fase inicial. El primer paso, el de los avales, sólo le garantiza la condición de precandidatos. Habrá que esperar pues a la composición de los 692 compromisarios que serán elegidos por las asambleas locales el próximo 17 de septiembre y que se sumarán a los 173 natos. De esta terna de 865 compromisarios tendrán que recabar al menos un 20% de los apoyos para tener esa credencial de candidato en un duelo que, en principio, se presenta desnivelado a favor de Juan Bueno, pero del que quedan aún muchos capítulos por escribir. Para empezar, este lunes el comité organizador del congreso informará del proceso a seguir.
