El alcalde de Puerto Real (Cádiz) José Antonio Barroso, se sentará hoy en el banquillo de la Audiencia Nacional acusado de un delito de injurias graves al Rey, al que denominó "corrupto" e "hijo de crápula". La Fiscalía pide 10.800 euros de multa aunque la condena podría llevar aparejada su inhabilitación para cargo público.
Los hechos que se someterán a juicio se produjeron el 14 de abril de 2008 durante un acto de conmemoración de la II República en Los Barrios (Cádiz). La intención del regidor puertorrealeño es ratificarse como ya lo hizo justo un año después, vinculando al monarca con prácticas genocidas. El alcalde de Izquierda Unida acudirá a la cita sin demasiada confianza en la justicia, porque asegura que se ha imposibilitado su defensa al habérsele impedido presentar en el juicio a testigos que avalen las acusaciones contra Don Juan Carlos I, a quien acusó de haberse enriquecido ilícitamente. "Incluso un delincuente puede presentar pruebas de que no ha delinquido y yo no puedo hacerlo. El código penal favorece la impunidad del rey", denunció.
Barroso aseguró que no dará marcha atrás ni durante el juicio ni después de que el tribunal se pronuncie. "Voy a seguir insistiendo después del día 2. Si este país lo que necesita es que se abran las ventanas para que corra el aire fresco no sólo lo necesita para la clase política. ¿Por qué todos los ciudadanos estamos sometidos al imperio de la ley y él y su familia no lo están? Me parece despreciable, antidemocrático", señaló.
El alcalde contará con el respaldo de IU, que se manifestará con la presencia en el juicio del coordinador provincial, Manuel Cárdenas. El secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, defendió su derecho a expresarse libremente aunque no esté de acuerdo con el contenido de sus declaraciones.
