No va a poder ser por ahora. Los vecinos del bloque de la avenida de Palomares de San Juan de Aznalfarache afectado por un incendio el pasado domingo no podrán volver finalmente a sus viviendas este fin de semana, como estaba previsto, al complicarse la tarea de apuntalamiento que se está llevando a cabo en el inmueble, gravemente dañado.
En principio iban a volver la mayoría de los afectados, que son 94 familias, salvo los que vivían en los pisos más perjudicados por el incendio. Fuentes municipales confirmaron ayer que los trabajos para reforzar los tres pilares afectados por el siniestro, que están resultando "más complicados de lo previsto", continuarán durante el fin de semana.
Dada la situación, el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache convocó por teléfono a los vecinos durante la mañana de ayer para una reunión que tendrá lugar el lunes a las 13.00 horas en la Casa de la Cultura del municipio para informarles de la situación. "Esperamos que para entonces se haya terminado, aunque no puede tenerse la certeza", precisaron las mismas fuentes a la agencia Europa Press, sin atreverse a dar plazos.
La empresa de estudios geotécnicos Codexa Ingeniería y Control, contratada por el Ayuntamiento de San Juan para certificar el estado de la torre de nueve plantas afectada por el incendio que obligó a desalojar a más de 240 personas de este bloque, recomendó una mejora del apuntalamiento de emergencia realizado en el mismo, aplazando así hasta ayer el retorno de la mayoría de las familias, a excepción de una veintena de ellas, cuyo realojo queda sujeto a obras de rehabilitación dados los graves daños en sus pisos. Pero no pudo ser.
El incendio se produjo el pasado domingo a las 17.25 horas en uno de los pisos y sus causas todavía están siendo investigadas. La mayor parte de los damnificados fueron acogidos por familiares y amigos, mientras que el resto fue realojado por el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache en el hotel Alcora.
La empresa encargada de determinar la situación del edificio habló de "importantes" daños en la estructura del inmueble, ya que el fuego perjudicó a la electrificación del edificio, a las vigas, a las pilas y a las conducciones de saneamiento. Por ello, subrayaron que el apuntalamiento del bloque debe reforzarse. El fuego se inició en el 20 F, según expuso el presidente de la comunidad de propietarios, Rafael Mejías: se trata de una vivienda cuya inquilina había salido en ese momento, y en el que había un perro, que pereció. El inmueble fue terminado en 1970, año desde el que vive allí este vecino, en cuya opinión el estado de conservación del mismo es bastante bueno.
