Las lluvias de las últimas semanas destrozaron la Semana Santa y deslucieron la preferia, pero dejaron una doble consecuencia positiva: por un lado, muchos cultivos de temporada se beneficiaron y, sobre todo, las reservas de los pantanos de la provincia de Sevilla se encuentran al 96,22% de su capacidad de embalse con 920,06 hectómetros cúbicos almacenados, lo que significa un 2,29% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando se encontraban al 93,96%, según los datos facilitados de la Agencia Andaluza del Agua, recogidos por Europa Press.
La provincia de Sevilla cuenta con los embalses de La Minilla, Gergal y Cala -a la espera de la construcción de las conducciones del pantano del pantano de Los Melonares, que estarán listas en 2013-, y además recibe agua de los pantanos onubenses de Aracena y Zufre para garantizar el consumo de agua potable.
Asimismo, para garantizar el suministro de agua por encima de los 20 meses -garantía actual-, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha procedido a captar agua del embalse del Huesna y a firmar convenios con comunidades de regantes.
En general, la situación de los embalses en la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir han alcanzado la situación de normalidad tras el periodo de abundantes lluvias sucedido durante el invierno del año 2010, lo que garantiza la demanda para el abastecimiento humano por encima de los tres años al 100% y para riego para más de un año al 100% y para más de dos años al 80%.
Los embalses de Gergal, La Minilla y Cala se encuentran esta semana al 100; 90,2 y 87,9% de su capacidad, respectivamente, con 35,61; 52,13 y 51,69 hectómetros cúbicos de agua almacenada.
Por su parte, el embalse de El Agrio se encuentra al 100% de su capacidad, con 21,74 hectómetros cúbicos almacenados, y el de El Pintado al 97,9%, con 208,29 hectómetros cúbicos.
A esta situación de sobreabundancia de agua han ayuda dos factores. Por un lado, no ha dejado de llover en el último año y medio, hasta el punto de que el año hidrológico ha sido de los más húmedos del último siglo, con precipitaciones que en muchos casos han superado hasta el 80% de lo que es habitual.
El otro factor a tener en cuenta es el del ahorro en el consumo, una situación en la que tiene mucho la concienciación ciudadana. Así 2010 se cerró con un nuevo descenso en el gasto de agua, que ahora está en los 123 litros por persona y día, cuando en 1991 era de 176 litros. La mejora de las redes de distribución (que permite reducir sustancialmente las pérdidas) y la propia toma de conciencia de los sevillanos han permitido estas buenas cifras pese a que en estas dos décadas se ha producido un aumento de población.
