El aspirante a escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre de bloqueo de escritor crónico, pero su vida da un giro en cuanto un viejo amigo le da a conocer el NZT, un medicamento revolucionario que le permite aprovechar su potencial por completo. Con cada impulso nervioso, Eddie puede recordar absolutamente todo lo que ha leído, visto o escuchado, aprender cualquier idioma en un día, entender ecuaciones complejas y encantar a todo aquel con el que se cruce -siempre que continúe tomando la droga experimental.
Espoleado por su poder, Eddie no tardará en conquistar Wall Street, convirtiendo un pequeño capital en millones. Sus hazañas llaman la atención del magnate Carl von Loon (Robert de Niro), quien le invita a a participar en la fusión corporativa más grande de la historia. Pero al mismo tiempo, Eddie también llama la atención de personas desesperadas por hacerse con un alijo de NZT. Con su vida amenazada y las consecuencias brutales de los efectos secundarios de la droga haciendo mella en su organismo, Eddie esquiva a acosadores misteriosos, un gángster vicioso y una investigación policial intensa, mientras intenta aferrarse a su menguante suministro el tiempo suficiente como para no decaer.
Hasta aquí el argumento de uno de los estrenos destacados de la semana. Ahora viene la explicación. Bradley Cooper se dio a conocer al gran público en la película Resacón en Las Vegas (Todd Phillips, 2009), cuya secuela ya está en proceso. Sobre su trabajo con un grande de la interpretación como De Niro, señala que trabajar con él "fue un sueño hecho realidad. Él fue uno de los motivos por los que comencé mi carrera como actor, así que tener la oportunidad de actuar junto a él fue genial". "Es un hombre de pocas palabras, pero su ejemplo era suficiente para mejorar mi trabajo, y se podía ver al igual que en la gran pantalla cómo se convierte en el personaje que interpreta".
En Sin límites, Morra accede a una sustancia que le convierte en un superdotado. "En el caso de que se me presentase la oportunidad, probablemente haría lo mismo que Eddie. Aprendería a hablar varios idiomas, a tocar los instrumentos de música que tengo en casa... De todos modos, al final no sé cómo actuaría, ya que en el momento en que se te abre este potencial seguro que surgen nuevas posibilidades", valora. Y apostilla: "Probablemente sólo tomaría la pastilla famosa una vez, pero si me dijeran que podría abrir partes desconocidas de mi cerebro, sería algo muy tentador...", confiesa.
El filme se basa en la novela The Dark Fields, de Alan Glynn, adaptada a la gran pantalla manteniendo sólo lo esencial. "Hay muchas diferencias en lo que se refiere a la trama, aunque permanecen los personajes. La novela es en primera persona, con lo que fue un material muy útil para componer mi personaje", señala.
