El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, anunció ayer que dimitirá si, como recomendó el domingo la Policía a la Fiscalía del Estado, resulta imputado por un caso que incluye sospechas de cohecho y blanqueo de dinero.
La Policía tiene en su poder numerosas pruebas que podrían demostrar que el jefe de la diplomacia israelí es responsable además de fraude, acoso a testigos y obstrucción a la justicia. En una rueda de prensa convocada con carácter de urgencia, Lieberman defendió ayer su inocencia y se aventuró a pronosticar que dentro de dos años seguirá al frente de la diplomacia israelí y de su partido, el ultraderechista Israel Beitenu (Israel es Nuestro Hogar). El fiscal general y asesor jurídico del Estado deberá decidir si presenta cargos formales contra Lieberman tras la sugerencia de la Policía.