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Llega el circo

El circo vuelve al Real trayendo con él un desenfrenado desfile de talento y exotismo y la experiencia de las más de 140 personas que hacen de lo inverosímil una profesión.

el 15 abr 2010 / 20:20 h.

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¡Señoras y señores, bienvenidos al mundo del circo! Ocupen sus localidades y presten atención, que el espectáculo está a punto de comenzar. Prepárense para enredarse con la magia, volver a creer en héroes y heroínas y adentrarse en un mundo en el que los hombres no necesitan alas para volar, sólo trapecios; un mundo donde la risa es ley y las cacatúas viajan en monopatín. El circo, vuelve como cada año a iluminar el Real de la Feria y a hacer olvidar durante más de dos horas y media el mundanal ruido del día a día. Que más que mundanal es insoportable, amén de un poco frívolo y en exceso previsible. Nada que ver con este espectáculo de bocas abiertas.

El Gran Circo Mundial ha viajado por gran parte del mundo: Asia, Australia, y por supuesto Europa. Pero a pesar de todos los compromisos, desde hace 36 años nunca falta a su cita con la feria de Sevilla: "Para nosotros es un honor actuar en Sevilla; lo que aquí se monta con la Feria no lo hemos visto en ningún otro lugar del mundo", comentaba Luis Moreno, jefe de pista del Gran Circo Mundial. El circo abrió ayer sus puertas hasta el próximo 29 de abril, y como para estos artistas la sonrisa no es sólo una profesión, sino más bien una obligación, decidieron donar toda su recaudación del día a Unicef, para conseguir las sonrisas de los niños en Haití.

Chicharrín, Aurori o Juanito son sólo los nombres de algunas de las 140 personas que trabajan en este circo. "Somos una gran familia, viajamos siempre juntos y se crea un vínculo de unión muy grande. Es una convivencia como la de cualquier núcleo familiar, con sus más y sus menos", confesaba el payaso Chicharrín, que lleva toda su vida bajo el foco de los escenarios. "Esta profesión es lo que aprendí desde chico. La mayoría de las personas que aquí trabajan lo hacen porque sus familiares también lo han hecho. Mis propios hijos se han criado en el circo y ahora trabajan también como artistas circenses. Aunque en ocasiones no es demasiado fácil."

Porque aunque esta profesión sea vista por muchos como un filón para huir de la mediocridad y desgana de una vida de oficina, y una oportunidad para conocer mundo, en ocasiones muestra la cara menos amable: "No solemos gozar de muchas vacaciones y de vez en cuando se echa de menos a la familia. Otra de las cosas difíciles de esta profesión es viajar con tantos animales; cuando hacemos viajes grandes, tenemos que viajar en barco y se puede tardar meses" relataba Chicharrín.

Al final, tras unos días de gloria, el espectáculo tocará a su fin. Se recogerá la lona del circo y se marcharán por el albero. Se llevarán a su oso que reconoce 200 palabras (más de lo que puede decirse de algunos paisanos), se irá Miss Aurori con su trapecio, las cacatúas se meterán el monopatín bajo el ala y los tigres tomarán un poco de sol por el camino, que están muy blancos. Hay quien ve algo mágico en todo esto. El mundo recuperará su cotidianidad y se dará uno cuenta del exceso de brillantina del espectáculo, y de que los animales quizá estarían mejor viviendo en su hábitat natural y no sometidos al frenético ritmo de una vida en los escenarios que ellos no han elegido. Sin embargo, quedará el dulce sabor de haber presenciado lo imposible y la esperanza de que, el año que viene, el espectáculo sepa y pueda continuar, como es su obligación.

De utilidad:

Qué: El Gran Circo Mundial.

Dónde y cuándo: En el Real de la Feria de abril, desde 15 de abril hasta el próximo 29 de abril.

Por cuánto: Por 8 euros los niños y 10 euros los adultos.

Para quién: Para todo aquel que quiera pasar un rato en familia y olvidarse durante un rato de las sevillanas y las peinetas.

No se pierda: Los alucinantes malabares de la familia Faltynys.

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