Cultura

Lo más sensual de Marie Chouinard

Lugar: Teatro Central, 26 de abril. Obra: Gymnopèdies/Henri Michaux: Mouvements. Compañía: Marie Chouinard. Dirección artística y Coreografía: Marie Chouinard. Música: Eric Satie y Louis Dufort.Bailarines: Paige Culley, Valeria Galluccio, Leon Kupferschmid, Lucy M. May, Mariusz Ostrowski, Sacha Ouellette-Deguire, Carol Prieur, Gérard Reyes, Dorotea Saykaly, James Viveiros, Megan Walbaum. Calificación: ***

el 27 abr 2014 / 15:43 h.

La coreógrafa Marie Chouinard es uno de los referentes de la danza contemporánea de los últimos treinta años. Tras siete años sin venir a nuestra ciudad vuelve ahora con este espectáculo, que recopila sus dos últimas propuestas. Con la primera, Gymnopèdies, la Chouinard asume el reto de bailar una pieza musical del compositor francés Erik Satie, quien está considerado como el precursor del impresionismo y el minimalismo. De espíritu contestatario y poco dado a los academicismos, su música es irreverente y sutil y tiene una clara impronta dadaísta. Tal vez por eso Marie Chouinard se decanta por una coreografía que gira en torno a una serie de números de pareja portadores de una fuerte carga sexual. Los intérpretes se pasean por el escenario retorciendo sus cuerpos, dibujando figuras sinuosas y provocadoras con aptitud desafiante. El piano es tocado en directo por ellos mismos, quienes se van sucediendo en la tarea con un curioso ritual de transición que funde la imagen del piano con los cuerpos en movimiento. De esta manera el cuerpo y sus instintos más básicos son los ejes centrales de esta pieza de danza, de ahí que los bailarines y bailarinas lleguen al desnudo integral en algunas escenas. Por desgracia a pesar de su carácter trasgresor, debido a su corte minimalista y secuencial describe un ritmo escénico bastante denso y durante toda la primera mitad el baile resulta un tanto reiterativo y tedioso. Por fortuna en las últimas escenas los bailarines y bailarinas se ponen la nariz roja del payaso y rompen la cuarta pared con un divertido juego metateatral que provoca una reacción de apoyo del público. Todo ello predispone al espectador para el disfrute de la segunda pieza, el plato fuerte de la noche. La obra se inspira en Mouvements, un libro del poeta y artista plástico belga Henri Michaux que recoge 64 páginas de dibujos en tinta china y un largo poema de 15 páginas. La Chouinarddescubrió este libro en 1980 y se propuso descifrar los dibujos para dotarlos de movimiento. Así, ha concebido esta coreografía como una suerte de descripción corporal de los dibujos, que representan figuras abstractas multiformes. Para ello se sirve de una gran pantalla situada al fondo del escenario que va proyectando los dibujos de forma aleatoria. De uno en uno, los intérpretes, vestidos con mallas negras, describen las líneas de las pinturas con una danza vertical en la que prima el movimiento de los brazos. El escenario se reduce al espacio que ocupan sus pies y los cuerpos parecen ensalzarse en un diálogo interior que hace aflorar las pulsiones inconscientes, entre las que se escapa la potencia del deseo. En ese sentido resulta muy apropiada la música elegida, una pieza de Louis Dufort tan rotunda como disonante y potente. Cabe destacar la limpieza técnica y la gracilidad de los bailarines y bailarinas, así como su versatilidad y expresividad.

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