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Lo mejor está por llegar: un listón excesivo

A Jiménez le pusieron el listón muy alto con eso de que "lo mejor está por llegar" después de los años gloriosos de Juande. Y no ha podido superarlo.

el 25 mar 2010 / 21:57 h.

Manolo Jiménez seguía siendo a principios de este mes de marzo (antes de acudir al Bernabéu), el técnico con mejor porcentaje de victorias ligueras en la historia del Sevilla FC: nada menos que un 54,83% de partidos había ganado el equipo a sus órdenes (51 de 93) en las dos temporadas y media largas que llevaba al frente del club. Una serie de tropiezos consecutivos en la Champions y la Liga precipitaron, sin embargo, la madrugada del miércoles su destitución, un cese que a pesar de ser largamente anunciado parece haber cogido a Del Nido y Monchi de sopetón. De otra manera no se explica que no tuvieran preparado ya el recambio: las negociaciones con Luis Aragonés, fracasadas y retransmitidas en directo por los diversos medios de comunicación, no hablan para nada bien del engranaje estructural/organizativo del que tanto presumen en el club. Y la papeleta que le cae ahora a Antonio Álvarez es menuda: ha de hacerse cargo de un plantel diezmado por las lesiones, sabedor de que apenas confían en él -y por eso fueron a por Aragonés- y con el listón de los objetivos altísimo después de que el Valencia se haya escapado a ocho puntos (nueve con el average) en la tercera plaza de la clasificación liguera, la única que garantiza el acceso directo a la Liga de Campeones 2010/11.

Manolo Jiménez no cumplió el ambicioso objetivo de pasar a cuartos en la Champions, pero superó el fijado en la Copa del Rey al eliminar, entre otros, al mejor equipo de todos los tiempos, el FC Barcelona, y plantar al Sevilla en su segunda final copera de los últimos cuarenta y ocho años. En la Liga, pese a tener firmado el tercer mejor porcentaje de victorias de todos los entrenadores de la historia del club (ahora tiene un 52,57% tras los tropiezos ante Madrid, Dépor, Espanyol y Xerez), no le ha dado para mantener el exigente pulso por la Champions y el miedo a quedar fuera ha propiciado su fulminante destitución. Ha insistido varias veces Del Nido, tras la gloriosa etapa de las cinco copas, que lo mejor sigue estando por llegar, pero lo mejor no llega, entrenador al margen, porque esta plantilla no es tan buena como cree para superar el listón que dejó Juande y en el que se ha estrellado Jiménez, como era de esperar.

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