Ahora que termina la Feria, quien necesite entonarse con un buen pucherito que no se pase por Bellas Artes: allí, los avíos son de poliéster. Qué remedio: es tan caro y tan raro encontrar huesos para los estudiantes que la opción que queda es hacerlos uno mismo.
El Grupo Artana del Departamento de Dibujo de la Universidad de Sevilla está desarrollando una técnica nueva de reproducciones óseas, mucho más económica y exacta que los procedimientos anteriores, por lo que dicen ellos mismos, para abastecer de herramientas de análisis y estudio tanto a clínicas médicas como a universitarios relacionados con los estudios de anatomía. Con ello se demuestra una vez más que, en esta vida, dedicarse al arte implica un altísimo riesgo de quedarse uno en los huesos. Por lo menos, esta vez es para bien.
Según el responsable del proyecto y profesor de la Hispalense, Antonio Bautista, "existen actualmente reproducciones excesivamente caras, escasas y poco fiables" e incluso no hay representaciones de huesos femeninos, lo cual es una faena tremenda. A partir de ahora, por tanto, la paridad será posible también en esto. "Con nuestro sistema se pueden conseguir alrededor de veinte esqueletos por cada uno que compramos al exterior."
"Lo más importante de abaratar costes radica en que los alumnos de disciplinas relacionadas con la anatomía, como Bellas Artes y Medicina, podrán disponer cada uno de huesos suficientes para su estudio individual y pormenorizado", añade Bautista. Bueno, mientras luego no vaya uno al médico con un brazo roto y, por efecto de la costumbre, le pongan una transfusión de poliéster...
Este nuevo procedimiento de reproducciones óseas también está destinado a las clínicas médicas que las requieran, para facilitar el trabajo de los profesionales con representaciones fieles de huesos humanos o animales. También constituyen una herramienta útil para los antropólogos y los forenses.
Además, este sistema de recreaciones óseas se caracteriza por tener una mejor textura, además de permitir moldear encima de los huesos con plastilina para presentar músculos y carecer de brillo, lo que permite escanear la pieza para su tratamiento digital en tres dimensiones.
El novedoso método de fabricar huesos de mentirijilla pero con apariencia de verdad tiene su trabajo. Primero, se superponen capas de silicona sobre un hueso que se encuentre, preferentemente, en muy buen estado; luego, se le aplica una venda de escayola para darle más rigidez; el tercer paso consiste en recubrirlo todo de poliéster o fibra de vidrio con idea de evitar las deformaciones; y, por último, se obtiene de todo ello el molde, que se rellena con resina de poliéster y carbonato cálcico. Y a partir de ahí, a sacar tantas copias como hagan falta.
A este invento, denominado Reproducciones anatómicas óseas para la investigación científica y artística del cuerpo humano, le ha sido concedido un proyecto de excelencia por parte de la Junta de Andalucía.
