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Los caballos sueltos invaden el corredor del vertido de Boliden

Los ecologistas temen que su carne pueda derivarse al consumo humano.

el 13 ene 2013 / 19:58 h.

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Decenas de caballos sueltos campan a sus anchas por el espacio hoy protegido del Corredor Verde del Guadiamar, una franja en torno a este río diseñada como corredor ecológico entre la Sierra Norte y Doñana tras la limpieza de los lodos contaminados por el vertido de metales pesados de Boliden, producido en 1998.

El asunto ha levantado ampollas en el último consejo provincial de Medio Ambiente celebrado el día 9, un foro del que forman parte la consejería y los agentes sociales, entre ellos Ecologistas en Acción, que denuncia esta irrupción ilegal de équidos.

Los ecologistas juzgan peligroso que la carne de alguno de estos caballos, alimentados en terrenos que recibieron miles de toneladas de metales tóxicos, pueda acabar en el matadero para consumo humano, por lo que han encendido sus alarmas.

Y es que cualquier explotación ganadera o agrícola está prohibida en el corredor, formalmente por su protección ecológica, pero con el trasfondo de que tras la limpieza de los lodos contaminados queda toxicidad residual.

Por ello, a quien suelta caballos -o al que se le escapen- la Consejería de Medio Ambiente lo multa. Sin embargo, Ecologistas en Acción asegura que las multas de hasta 60.000 euros que se ponían en el pasado se han suavizado hasta los 200.

La aparición de caballos se ha agudizado con la crisis económica, con lo que algunos propietarios los liberan para desatender su manutención, según Ecologistas. Incluso hubo hace un par de años una intervención del fiscal de tráfico por la detección de caballos sueltos en la circunvalación SE-30, con idéntico trasfondo.

En paralelo, Ecologistas en Acción calcula que el consumo de carne de caballo se ha incrementado en un 250% en Andalucía, con lo que teme que no haya control que impida la llegada a los mataderos de caballos que se hayan alimentado con la hierba de las orillas del Guadiamar.

El foco donde se concentra esta suelta de caballos, explica Juan Cuesta, miembro de esta organización ecologista, se sitúa entre la autopista A-49 y la zona de Entremuros, donde comienza el parque nacional de Doñana, fundamentalmente en el término municipal de Aznalcázar.

Explica además que los caballos pastan en grupos de 10 a 15 animales, sin ninguna vigilancia, y eso también pone en peligro a los excursionistas que se internan en el corredor, que cuenta con infraestructuras para el esparcimiento y el picnic y supone todo un pulmón verde para los 300.000 habitantes del Aljarafe.

Además de la suavización de las multas disuasorias, este colectivo reclama a la Delegación Provincial de Medio Ambiente que en lugar de "fichar" a los animales los retire a una parcela pública donde los pueda mantener vivos y ser registrados para que sea imposible la venta de su carne.

Como efecto colateral, en verano los caballos acaban con buena parte de la vegetación.

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