Definitivamente, tras los dimes y diretes de todos conocidos, habrá debates televisados entre los líderes de los dos partidos con opciones de gobierno, Zapatero y Rajoy, lo que, muy probablemente tendrá reflejo en Andalucía, donde también los habrá entre Chaves y Arenas, aunque aquí todavía no hayan acordado la fórmula para su emisión.
Es bueno que se produzca esa confrontación dialéctica en directo, dando posibilidad a millones de votantes para que tengan un elemento más de juicio antes de las elecciones. Cierto es que este tipo de debates, con tiempos, temas, y hasta enfoques de cámaras previamente pactados, carecen de la espontaneidad, la frescura y la viveza de las que podríamos disfrutar, es un decir, en un encuentro sin reglas previas. Pero aún con estos condicionantes, prácticamente ineludibles, el cuerpo electoral seguro que agradecerá la oportunidad de presenciar esos cara a cara al máximo nivel político.
Además del lógico morbo que estos debates despiertan aunque, como pasa en los partidos de fútbol, cada cual analiza lo que pasa en el campo según el color de la camiseta que más le gusta, en esta ocasión tendrá un valor añadido porque pueden ser decisivos a la hora de los resultados electorales. Y esto es así porque, con esa especie de empate técnico, que retratan casi todas las encuestas a nivel nacional, lo que ocurra en los dos debates programados puede producir una decantación del voto, en un porcentaje suficiente como para inclinar hacia uno u otro lado la balanza electoral.
Es verdad que, al contrario de lo que ocurre en el fútbol, por seguir con las comparaciones deportivas, los goles son los que mandan, independientemente de la calidad del juego, no es fácil, en debates de este tipo, proclamar a un claro vencedor, o a la contra, reconocer a un perdedor, porque el juicio depende en gran parte del cristal con que se mire.
Pero aun así, admitiendo que probablemente los debates se valoren desde posiciones previamente asumidas, hay todavía un importante numero de indecisos que no saben, no ya a quién votar, sino si van a votar o no. Para ellos el ver y oír a los candidatos, discutiendo sus ideas, proyectos, programas y promesas en directo, les puede ayudar a hacer su elección. Y, si no es así que se entretengan, por lo menos, con lo cuál no habrán perdido el tiempo.
Por otra parte, el hecho que tanto PSOE como PP hayan aceptado el realizar estos encuentros, en un terreno neutral y organizados por la Academia de Televisión, con señal gratis para todas las cadenas que quieran emitirlos, aunque a alguna empresa no le haya gustado el detalle, confirma el interés de ambas partes en llevarlos a cabo, desmintiendo así rumoreadas negativas, y contribuyendo a una mayor calidad de la campaña electoral. Así que, sea cual sea el resultado, o los resultados, todos nos debemos felicitar porque, ya en sí mismos, sólo por realizarse, los debates son un paso democrático.
Periodista: juan.ojeda@hotmail.es
