Hace años recuerdo que un entrenador me dijo que los equipos que tienen el gol son los que habitualmente ganan los partidos. Parece una perogrullada dado que el gol determina un resultado. Ahora bien, vistas las carencias de goleadores que tiene el fútbol actual, quien los posee lleva implícito un seguro de vida. En el partido Betis-Xerez, vimos una buena muestra con los tres goles de Jorge Molina, actual pichichi de la categoría, y añádanle también que con el gol hubo otro seguro que fue el guardameta Goitia en los momentos claves y decisivos en los que los xerecistas se acercaron al marco verdiblanco.
El Betis suma y sigue. El equipo verdiblanco es capaz de sacar los partidos en los momentos más difíciles aún no siendo superior al rival, pero tiene, como tantas veces hemos comentado, dinamita ante el gol, algo de los que carecen la mayoría de sus rivales. Y encima, sus jugadores muestran una magnífica preparación física en la recta final de los partidos que se suma a esa efectividad de sus hombres de arriba.
El camino de aquí a junio es largo. Este Betis sabe a lo que juega, tiene una plantilla muy superior al resto de la categoría y sus jugadores son conscientes de que en el ascenso a Primera división está el seguro de cobro y muchos problemas resueltos de su futuro inmediato.
Luis Fabiano y Negredo. La tarde del domingo nos volvería a traer otra demostración de la importancia del gol en el fútbol. Zaragoza-Sevilla en La Romareda.
Dos equipos con necesidad de ganar para alcanzar objetivos bien distintos. Pelear arriba es el de los sevillistas; salir de la zona de descenso, el de los maños. Partido para olvidar en cuanto a fútbol. Ahora bien, es en este tipo de partidos donde han de aparecer los jugadores fundamentales con capacidad de resolución.
Primero la pareja Kanouté-Luis Fabiano se fabrica el primer gol sevillista y cuando parecía que, tras el empate del Real Zaragoza, el reparto de puntos era inevitable, llega otra vez el goleador, en este caso Negredo, para sentenciar el partido cuando no había tiempo nada más que para la pitada final y el Sevilla ya hacía un buen rato que jugaba con un hombre menos por expulsion de Navarro.
Quien tiene gol es dueño, casi siempre, del partido. Este fin de semana se vieron dos casos bien claros en los choques de Betis y Sevilla.
