A la delegada de Fiestas Mayores se le acumula el trabajo. Las fiestas primaverales de la ciudad han dejado sobre el tapete un variado muestrario de asuntos para el debate y la polémica. La consagración de ciertas (malas) prácticas por parte de la ciudadanía tanto en Semana Santa -con las sillitas plegables- como en Feria -botellonas en la portada o la desbordante actividad de la preferia- ha dado pie a la responsable municipal del ramo a plantear una posible limitación de determinados hábitos sobrevenidos de un tiempo a esta parte. La incertidumbre sobre el traslado de la Feria y los planes para dotar de mayor seguridad a la Carrera Oficial prometen, además, tener bastante entretenida a Prieto-Castro en los próximos meses.
La carrera oficial. Descartada la realización del anunciado pase de modelo en los palcos, sobre la Carrera Oficial se cierne ahora la madre de todas las reformas. Un informe del secretario municipal puso en evidencia la falta de un proyecto integral de ordenación de la Carrera Oficial ajustado a los requisitos legales, técnicos y de seguridad vigentes. Según las primeras estimaciones, de los casi 32.000 asientos distribuidos a lo largo de la Carrera Oficial, entre 1.100 y 1.500 sillas habrán de desaparecer de su actual ubicación. El reajuste deberá ir de la mano de la negociación que habrá de afrontar con el Consejo de Cofradías para reeditar el convenio de explotación de las sillas de la Carrera Oficial.
Las sillitas plegables. Apelando al sólido argumento de la "seguridad", Prieto-Castro anunció tras la Semana Santa la limitación del uso de sillas plegables. La cuestión no es prohibir su colocación en todo el espacio público, sino sólo en determinados emplazamientos cuya colocación pueda ser peligrosa para transeúntes y usuarios de las sillas. La prohibición de abrir sillitas plegables se limitaría a puntos señalizados y claves para la evacuación en caso de emergencia.
¿Quo vadis, feria? ¿Al Charco de la Pava? ¿A Tablada? La Feria necesita cambiar de aires. No tanto porque el Real de los Remedios se haya quedado pequeño, sino por el empuje de los proyectos previstos en terrenos de Los Gordales (construcción de la Ciudad de la Justicia y nuevas instalaciones universitarias). El último pronunciamiento de la delegada de Fiestas Mayores al respecto añadía mayor incertidumbre. Aludía a la necesidad de "repensar" el traslado del recinto ferial y aclarar "si la ubicación más idónea" para su nuevo destino es el Charco de la Pava o la antigua dehesa de Tablada, toda vez que la operación implica un coste aproximado de 30 millones de euros "para empezar a hablar" y el Charco de la Pava sólo admite la creación de 255 módulos para una demanda de más de 1.200 solicitudes de casetas.
Botellonas feriantes. Ha vuelto a ser uno de los puntos negros de la Feria pasada. Los aledaños de la portada convertidos en un auténtico basurero por la celebración de botellonas. Prieto-Castro reconoce que es un "asunto complicado", porque a estos jóvenes que no tienen casetas a las que acudir no se les puede prohibir estar en la Feria. La delegada sugiere potenciar las tareas de concienciación, de educación cívica y de respeto para con el prójimo.
3veto a la preferia. El Ayuntamiento se plantea limitar la actividad en las casetas en los días de preferia para evitar el bajón de público en los días finales de farolillos. Para adoptar una medida así habría que modificar las actuales ordenanzas.
