Los jabones del convento saltan a la red

Las monjas de clausura de Constantina venden también dulces y licores por internet

el 29 jun 2013 / 21:57 h.

15113444Una vida dedicada a la oración no está reñida con estar a la última en las plataformas comerciales que han dado lugar las nuevas tecnologías. Las jerónimas de la localidad sevillana de Constantina son un ejemplo de ello. Hace cinco años, estas monjas de clausura se mudaron a nuevo convento, situado en el campo, lo que le abrió un mundo de posibilidades. Así, además de la elaboración de los dulces y chocolates propios de estos lugares se han lanzado a la fabricación de jabones hechos con el aceite de oliva virgen extra que le proporcionan sus olivos y con la flora autóctona. Lo novedoso es que ahora estos productos pueden comprarse en toda España gracias a la web www.monasteriosyconventos.com, una iniciativa de la Fundación Amplexus con la que pretende poner a disposición de cualquier navegante “una serie de productos artesanales de alta calidad y producción limitada”. En el convento de Constantina viven 20 hermanas de edades comprendidas entre los 45 y 92 años. “Todas colaboramos en el proceso productivo”, explica. Así, las más jóvenes son las encargadas de recoger las plantas aromáticas y las más mayores se dedican a la parte final, es decir, al empaquetado, etiquetado y último toque antes de que se ponga a la venta. “Unas salen en busca de las hierbas, otras las limpian y después se ponen a secar. Tardan entre cuatro y cinco semanas hasta que pueden utilizarse para elaborar los jabones”, destaca la hermana, que indica que cuando se mudaron comenzaron a mejorar el cultivo de plantas aromáticas, el huerto, los frutales y las flores con este fin gracias a una religiosa especializada en plantas y sus cualidades. Actualmente hacen jabón de aceite de oliva 100% y otras variedades con base de aceite de oliva que enriquecen con otros aceites , entre otros, de almendras, de coco, manteca de karité o de rosa mosqueta. Las variedades más demandadas son las clásicas de lavanda, romero, rosas, naranja, hierbabuena, leche de cabra, chocolate y canela, “entre las muchísimas variaciones y combinaciones que se pueden hacer”. También hacen jabones de glicerina, más comerciales que los de aceite de oliva y no tan beneficiosos para la piel, uno de los puntos que más destacan. Hasta ahora sus productos se habían vendido en tiendas delicatessen y a particulares que se acercaban al convento a comprarlos. Entre lo más demandado, los escudos de distintos clubes de fútbol elaborados con chocolate procedente de comercio justo, uno de los pocos productos que proceden de fuera de la zona –de Costa de Marfil y Ghana–, ya que se nutren de miel de la sierra, aguardientes de la zona o aceite de oliva de la cooperativa del pueblo. Además, hacen dulces que se venden en una tienda de la localidad. Por último, otra de las líneas de negocio de estas monjas de clausura es la elaboración de licores. “La hermana mayor que prepara el licor casero para las grandes fiestas de Navidad o Pascua fue la persona que inició todo el proceso de venta desde dentro, aunque era algo que no estaba proyectado en un principio”. Digestivo de hierbas, miel y limón, crema de chocolate y whisky, chocolate y crema de Guindas y café son algunas de sus especialidades, que tienen como base base aguardiente o vodka. Además, producen vinagre macerados con distintas plantas, como el ajo o la hierbabuena.

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