Cultura

«Los jóvenes de hoy dan muchas cosas por perdidas»

Luis García Montero presentó en la FLS su última novela, ‘Alguien dice tu nombre’.

el 23 may 2014 / 21:17 h.

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Luis García Montero presenta en la Feria del Libro de Sevilla su última novela. / Carlos Hernández Luis García Montero presenta en la Feria del Libro de Sevilla su última novela. / Carlos Hernández Luis García Montero vuelve a la novela con Alguien dice tu nombre (Alfaguara). Y lo hace con una historia ambientada en su ciudad natal, Granada, pero poniendo el foco en una generación inmediatamente anterior a la suya. El protagonista, León Egea, es un chico que en verano de 1963 se busca la vida como vendedor de enciclopedias, sin saber que está en camino de vivir su gran experiencia de iniciación a la vida, a la sexualidad y al compromiso. «Son años en los que empiezan a producirse en España muchas transformaciones que desembocarán en la Transición», explica el autor. «En la radio empieza a oírse música en inglés además de copla, los turistas imponen cambios en las costumbres. A partir de esa distancia que tomo con el protagonista, que es más o menos de la quinta de Miguel Ríos, meto cosas autobiográficas, recuerdos infantiles...» También son propias, como es obvio, las lecturas que León desgrana, de Valle-Inclán a Tolstoi y Dostoievski, pasando por Galdós, Baroja, Juan Ramón, García Lorca, Neruda y otros más recientes, como Juan Marsé o Gil de Biedma, que empezaban a ser conocidos en esta época. «Hasta ahora, las novelas se han dejado atraer por esa España que se modernizaba, y luego por esa historia silenciada, manipulada, de la Guerra Civil y el primer Franquismo. Por eso, los 60 quedaron al margen, pero me parecen unos años bien interesantes. Hay en ellos un cambio de ciclo, se pasa del subdesarrollo a la adopción de nuevos códigos económicos, por ejemplo la salida de la autarquía». Para el protagonista también hay un cambio de ciclo: «El joven que descubre la vida, lo hace en la incertidumbre, y tiene que tomar decisiones, como ocurre con los jóvenes de hoy. Lo que pasa es que entonces la incertidumbre era optimista, existía la sensación de que, viniera lo que viniera, sería mejor. Ahora, en cambio, todos pensamos que nuestros hijos vivirán peor que nosotros», agrega García Montero. Por si fuera poco, León va a enfrentarse a los desafíos de su edad echándose en brazos de la mujer madura, Consuelo. «Yo defiendo que uno de los derechos fundamentales para vivir en épocas de descrédito es el derecho a la admiración. Son tiempos en los que se invisibiliza lo que vale la pena, pero en medio de la grisura también debemos encontrar situaciones luminosas, y eso es lo que hace León, alguien con capacidad de admiración, a su profesor como a esa mujer singular, con un pasado interesante, que le descubrirá que la transformación de las causas públicas es inseparable de la transformación de la vida cotidiana. Esa es la principal lección de vida que recibe de ella» Siguiendo con el paralelismo con la situación actual, Luis García Montero, padre de varios chicos con edades diferentes, siente que «la que viene es una generación que se ha acostumbrado a crecer sin derechos, hay muchas cosas que dan por perdidas», asevera. «Viven en una incertidumbre en la que resulta difícil darles consejos: tengo la sensación de que los que yo podría darles pertenecen a una realidad que ya no existe. Tendrán que encontrar sus respuestas y ser dueños de sus destinos», dice. Por último, cuando se le pregunta si ya han empezado a aceptar al poeta García Montero como novelista, sonríe: «En poesía tengo miedo a repetirme. Hace 35 años de mi primer libro, y después de tanto tiempo creo que la virtud del poeta debe ser la paciencia. Usar recetas, acumular poemas sin aportar nada nuevo, no es lo que quiero. La novela, en cambio, me mantiene viva la curiosidad. Sigo con miedo a no hacer bien las cosas, pero me ha enganchado», concluye.

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