Cofradías

Los nuevos rosarios no sonaron en Feria

el 05 abr 2012 / 21:54 h.

La vecindad de la calle Feria recuperó la alegría el Miércoles Santo con la salida del Carmen Doloroso tan sólo un día después de que la hermandad con la que comparte el templo de Omnium Sanctorum, Los Javieres, se quedara sin realizar estación de penitencia por segundo año consecutivo. Pero la satisfacción volvió a deshacerse sólo un día después en la populosa arteria de la ciudad al ver como su esencial cofradía de Montesión tampoco pudo poner sus pasos en la calle desde la diminuta capilla que posee en la plaza de los Carros. La Oración en el Huerto y la Virgen del Rosario se quedaban dentro y se sumaban a la penosa lista de cofradías que se han quedado por segundo año consecutivo sin poner siquiera sus pasos en la calle.

Las noticias llegadas desde los Remedios, la calle Recaredo y la calle Sol no hacían albergar demasiadas esperanzas a los hermanos y al público congregado frente a la puerta de la capilla de Montesión. Aún así, pese a que Las Cigarreras, Los Negritos y La Exaltación ya habían suspendido sus estaciones de penitencia, la junta de gobierno presidida por Rafael Buzón trató de agotar todos los cauces y creyó necesario esperar al parte oficial que Meteorología ofreció a las 19.00 horas, una hora y cuarto después de la hora fijada para que los elegantes nazarenos de túnica de merino blanca y antifaz de terciopelo negro comenzaran a discurrir desde Feria a Correduría. La corporación, incluso, tenía decidido acortar por Conde de Torrejón en caso de poder salir, pero todo se estropeó incluso antes de lo que parecía. Comenzó a llover en la plaza de Los Carros y las ilusiones se fueron al traste. Veinte minutos antes de la hora que había fijado para decidirse en un principio, Rafael Buzón comunicó que Montesión volvía a quedarse en su capilla ya que al frente que ya estaba descargando sobre la ciudad le seguían otros tres que imposibilitaban la salida de la hermandad, provocando que Sevilla no disfrutara de la elegancia de la simpar Virgen del Rosario.

Al hermano mayor, en su segunda legislatura, aún le queda la ilusión de ver a su cofradía en la calle en 2013, en la que será su última Semana Santa al frente de la corporación, y al menos conseguir completar la estación de penitencia en la mitad de los años en los que esta junta de gobierno ha regido los designios de la corporación de Montesión.Con Buzón llegó al martillo de la Virgen del Rosario el capataz Paco Reguera, que se está convirtiendo en uno de los grandes afectados de esta Semana Santa casi trágica. El capataz trianero tuvo que poner toda su capacidad en el difícil Lunes Santo que vivió al frente del Beso de Judas, se quedó también por segundo año consecutivo sin salir con el Cristo del Desamparo y Abandono, ayer repitió desastre en Montesión y sólo le queda la carta de la Virgen del Patrocinio, del Cachorro, en la tarde de hoy Viernes Santo para realizar la estación de penitencia.

En sus tres años al frente del paso de palio de la cofradía, la familia Reguera sólo ha podido disfrutar de un Jueves Santo -y de una salida extraordinaria en octubre de 2010- al mando de una cuadrilla joven y con proyección a la que la lluvia le está impidiendo plasmar por las calles de Sevilla el trabajo realizado en los ensayos. Su homólogo en el misterio, Manuel Vizcaya, corre similar suerte en Montesión, aunque al menos sí pudo llevar al Cristo de las Penas de la Estrella de Triana hacia la Santa Iglesia Catedral el Domingo de Ramos.Sin Montesión, Sevilla se queda sin contemplar en sus calles a una de las dolorosas más peculiares de la Semana Santa, una talla anónima del siglo XVII que aglutina en torno a ella buena parte de las devociones de la popular zona de la ciudad. Su manto recogido a la cintura y sus doce rosarios colgando de los varales completan un conjunto único que ha sido renovado en los últimos años. Precisamente, este Jueves Santo el palio estrenaba doce nuevos rosarios para los varales realizados en plata sobredorada que vienen a sustituir los antiguos, ya demasiado gastados y que habitualmente no soportaban la estación de penitencia completa.

A la salida del palio no sólo el tintineo de los rosarios golpeando los calados varales y la interpretación de la imprescindible Rosario de Montesión por parte de la Banda de La Puebla del Río iban a extasiar a la calle Feria, ya que la hermandad, con la colaboración de su grupo joven, había preparado una impresionante petalada para lanzarla desde la espadaña de la capilla que daría la bienvenida, año y medio después de su salida extraordinaria, a la Virgen del Rosario. Tendrá que esperar a 2013. En el paso de misterio, exornado con un sobrio monte de claveles rojos, la principal novedad iba a ser la recuperación del color rosa en el atavío del genial ángel atribuido a la Roldana que acompaña al Señor de la Oración en el Huerto. Las vestimentas, realizadas en el taller del artista y hermano de la hermandad José Ramón Paleteiro, recordaban una estampa que hacía décadas que no se podía contemplar.Confirmada la mala noticia, los hermanos nazarenos que no pudieron entrar en la capilla debido a su reducidas dimensiones pasaron a ver a sus titulares y, al menos, una saeta sonó en la capilla de Montesión.

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