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Los piratas aún no se han ido

¿Qué tiene la exposición del Archivo de Indias para llevar ya más de un año de éxito arrollador? El secreto se llama Antonio Luque. Es el guía. Escuche su relato en ‘Mare clausum, mare liberum'.

el 02 dic 2010 / 07:17 h.

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"La pirata era la Reina. El otro lo que hacía era ejecutar sus órdenes", dice Antonio Luque, con inequívoco acento sureño, refiriéndose a Su Graciosa Majestad (que de graciosa tenía muy poco) Isabel de Inglaterra y ese famoso ladrón que tenía a su servicio, Francis Drake. "Aquí daba miedo. Se le llamaba Paco el Dragón, Paco Drago... ¡Con tal de no decir su nombre, que daba escalofríos!"

Le va a costar trabajo encontrar un guía con esa precisa y oportuna combinación de lo culto y lo popular, con ese don para el relato, que hace de Mare clausum, mare liberum mucho más que una exposición sobre la historia de la piratería contra España. Todos los días, a las doce, comienza en el Archivo de Indias una ruta comentada por entre los legajos y las vitrinas que aquellos imperiales corredores se saben ya de memoria: la exposición comenzó el 23 de noviembre del año pasado, y ayer mismo, desde esta institución, se comentaba que estará abierta "por lo menos" hasta el 31 de diciembre.

Y eso que teóricamente ya ha terminado. Teóricamente, porque se ha rebasado con creces su fecha de finalización y porque se han llevado ya de vuelta las maquetas más impresionantes, que eran las que le daban un poquito de alegría visual a todo ese lote de papeles. Pero la gente sigue yendo entusiasmada a escuchar una narración que tiene la atmósfera de una película de misterio y el inquietante regusto de un terror real.

Los avatares de una colonia española que fue invadida por los piratas 25 veces en 50 años; la razón por la que lo primero que hacían estos al llegar a una población era robar las campanas; el porqué de que los ingleses recurriesen tanto a los corsarios en vez de a su propia flota militar; la verdad sobre la Armada Invencible, que fue destruida dos veces por los ingleses (la primera y menos comentada, a bombazo limpio mientras se estaba construyendo en los astilleros de Cádiz); qué papel tenía la nao almiranta en las expediciones navales y hasta por qué a los ingleses les gusta tanto el sherry. Y más, muchísimo más. Tan sensacional es todo que hasta tienen allí el barco pirata de los clicks, a falta de otras maquetas. No se pierda esta visita. Se puede hacer con los ojos cerrados.

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