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Los primeros de la clase

Sevilla premia a los número uno de la promoción universitaria 2009-2010

el 05 dic 2011 / 20:42 h.

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Los mejores expedientes universitarios posan con el diploma que reconoce su talento

Sevilla premió ayer a sus mejores estudiantes e investigadores noveles. Como cada año, el Ayuntamiento, de la mano de las dos universidades públicas de la ciudad (Hispalense y Pablo de Olavide), distinguió a los mejores expedientes académicos de cada una de las escuelas y facultades, así como a algunas de las mejores tesis doctorales presentadas el curso pasado.


El acto, celebrado en el Salón Colón del Consistorio hispalense, fue presidido por el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, acompañado por los rectores de las universidades de Sevilla y Pablo de Olavide, Joaquín Luque y Juan Jiménez, respectivamente. Fue el propio alcalde el encargado de entregar cada uno de los galardones, 41 en total.


De esta forma, fueron distinguidas cinco tesis doctorales (cuatro de la Hispalense y una de la Pablo de Olavide), mientras que un total de 36 recién licenciados -cada uno procedente de una carrera diferente- recibieron un diploma acreditativo de estar en posesión del mejor expediente académico de su promoción. 29 de ellos cursaron estudios en la Hispalense, mientras que siete proceden de la Pablo de Olavide.


Tal y como destacó el alcalde de Sevilla, la ciudad quiere de esta forma "reconocer el talento" de los premiados, a los que prometió que se haría "todo lo posible por retener en Sevilla este talento, e incluso atraer otros de fuera", dentro de un contexto actual en el que es habitual la salida al extranjero de los mejores expedientes.


En este sentido, el rector de la Universidad de Sevilla destacó que "el conocimiento, como el talento y la innovación, hay que incentivarlo, premiarlo y, sobre todo, reconocerlo", como primer paso necesario para evitar la "fuga de cerebros". De igual forma, aseguró que "ninguna sociedad puede progresar si no cimenta su desarrollo en una generosa política de educación superior".

Resumiéndolo en una frase, y parafraseando al ministro Ángel Gabilondo, indicó que "invertir en educación es caro, pero no hacerlo sale carísimo".


El rector de la Olavide destacó, por su parte, el "tremendo avance" experimentado por el cuerpo académico español en los últimos 30 años de democracia. Recién llegado de un viaje de asesoramiento en Ecuador, el rector subrayó que "había encontrado allí una situación parecida a la España de los 70", gracias a lo cual se ponía inequívocamente de relieve el progreso de la Universidad española.

Desglosando algunas cifras, Jiménez aportó el dato de que nuestro país se sitúa en "octava o novena posición mundial en cuanto a productividad científica", aunque lamentó que ésta "aún no se traduce como debería" en patentes aplicables a procesos industriales, o galardones internacionales como los Premios Nobel. "España sólo ha recibido dos desde tiempos de Ramón y Cajal: el suyo y el de Severo Ochoa de 1959", indicó.


Daniel García Ribero, uno de los galardonados por su tesis doctoral, fue la voz de los estudiantes premiados. En su discurso manifestó la dureza de la vida cotidiana del investigador, que "dedica tanta atención a su actividad que a menudo incluso descuida a familiares y allegados", hasta el punto de "soñar por las noches con el trabajo que se está llevando a cabo". No obstante, indicó que el sacrificio se realiza sin vacilar, pues "se es consciente de que el avance del conocimiento científico supone siempre una mejora para la sociedad".


Dos estudiantes premiados por sus expedientes académicos, Mauricio Rodríguez Ramos, de la facultad de Física, y Jesús García Galán, de la escuela de Ingeniería Informática, manifestaron su deseo de permanecer en Sevilla, aunque "continuar aquí la investigación será bastante difícil", reconocieron.

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