Los profesores que se comprometan a mejorar el rendimiento de sus alumnos cobrarán 7.000 euros extra en cuatro años. Es el plan estrella de la ley para enderezar la escuela andaluza y la consejería no puede permitirse que los docentes no participen por miedo a ser evaluados. Educación les dará la mitad del incentivo sólo por presentarse, y no serán examinados hasta el cuarto año.
La consejera de Educación, Cándida Martínez, presentó el Programa de mejora y calidad de rendimientos educativos, del que dependen muchos de los objetivos de la Ley de Educación Andaluza, que entrará en vigor el mes que viene. Por eso es imprescindible que los centros escolares se adhieran, y por eso la consejería desgranó el programa ante todos los directores de Sevilla. Volverá a hacerlo en todas las provincias.
El fin del plan de calidad es mejorar tanto el rendimiento de los alumnos como el trabajo de los docentes. Para lograrlo, la Junta ofrece a los docentes un plus al salario, pero a cambio creará una Agencia de Evaluación externa que compruebe si lo están haciendo bien. Esto es lo que más asusta al profesorado, más habituado a examinar que a que lo examinen.
Quizá por eso la consejería ha aplazado la evaluación hasta el último año del plan de calidad. Los incentivos de 7.000 euros empezarán a pagarse en septiembre del año que viene. Se dividen en cuatro pagas anuales para los próximos cuatro años, y las tres primeras las cobrarán sólo por apuntarse ahora -600 euros en 2008; 1.200 en 2009 y 1.800 en 2010-. La partida del cuarto año, de 3.400 euros, sí estará condicionada a la evaluación. Si el colegio ha logrado el 50% de sus propósitos, sólo cobrará la mitad.
Autoevaluación. Educación espera que todos los centros se adhieran. Las escuelas tienen que reunir estos días a sus profesores para decidirlo, porque el plan sólo se concede si tres cuartas partes del claustro están de acuerdo. El plazo para presentarse será entre el 10 y el 31 de enero próximos. A finales de marzo se conocerán cuántos centros andaluces han aceptado el reto.
En la solicitud deben constar los déficit del centro, sus objetivos y cuántos profesores participarán en el plan. Si los colegios dicen que tienen más problemas de los que la Agencia detecta, no se aceptará la solicitud. Si dicen que pueden lograr menos de lo que pueden, tampoco. Educación ha diseñado una plantilla con una puntuación para cada problema, que les servirá para calcular la nota que tienen en los cuatro indicadores de evaluación: el rendimiento del alumnado, que tendrá una importancia del 65%; la actividad docente (15%); la convivencia en el centro (10%) y la participación de las familias (10%).
Los criterios son medibles: las pruebas de diagnóstico, la tasa de abandono escolar, los que pasan de Primaria a Secundaria, los repetidores, la implicación del profesor... Después, según esa autoevaluación, cada centro deberá ponderar sus posibilidades y marcarse los objetivos para los siguientes tres años. Al final, la Agencia estudiará la propuesta y, si está de acuerdo, el centro entrará en el programa de calidad.
La consejera quiso tranquilizar a los 300 directores que la escuchaban. "No exigiremos el mismo nivel a todos. Cada colegio fijará sus índices de rendimiento y en función de ellos los objetivos que espera conseguir. Hay unos referentes escolares que son los de Andalucía, España y Europa, pero cada centro parte de sus propios resultados. Olvídense de que la LEA se ha marcado conseguir que hasta el 85% de alumnos de ESO siga estudiando. ¡No!", dijo. El 50% de los incentivos se consolidará para todos los años y todos los profesores que hayan logrado sus objetivos, dijo.
