El Gobierno andaluz está a punto de aprobar una normativa que rediseñará el funcionamiento de los colegios por dentro. Muchas de las responsabilidades y obligaciones que ahora dependen de la Consejería de Educación pasarán a ser gestionadas por los propios centros escolares, que no tendrán que pedir permiso a la Junta para tomar decisiones pedagógicas, organizativas o de gestión. Toda esa autonomía es el elemento clave en la arriesgada reforma educativa que proponen los Reglamentos Orgánicos de Infantil, Primaria y ESO. Pero la autonomía también se traducirá en más poder y más responsabilidad, de ahí que uno de los puntos de fricción entre Educación y los sindicatos de profesores durante la negociación de los reglamentos fue decidir quién ostentará ese poder. ¿Debe monopolizarlo el director? ¿Debe repartirse a modo de cooperativa entre profesores?
Para mantener un cierto control, Educación ha definido bien quién es la principal autoridad de cada escuela, quién rendirá cuentas a la Junta y tomará casi todas las decisiones. Sobre el papel, ese puesto lo representa el director.
Durante la negociación, todos los sindicatos se esforzaron para que el claustro adquiriera más relevancia, porque en el primer borrador su papel era secundario. No querían que el director concentrara tanto poder. Entre otras cosas, porque en la cuarta parte de colegios (26%), al director lo nombra directamente la consejería por falta de candidatos.
Hubo cambios puntuales, pero la redacción final no logró despojarse de ambigüedad, a juzgar por cómo lo interpretaron los profesores. Unos sindicatos salieron de la reunión pensando que el poder se había repartido entre la dirección y el claustro (CCOO y ANPE), y otros sostienen que el rediseño de los colegios sigue el modelo empresarial, en el que sólo manda el director (FETE-UGT y CSI-CSIF).
Dictadura o democracia. Al preguntarles con qué sistema político compararían el nuevo gobierno de los colegios, el secretario general de enseñanza de CCOO, José Blanco, respondió: "con una democracia", y su homólogo de UGT, Juan Carlos Hidalgo, bromeó: "con una dictadura". "Hay un equilibrio de poderes en temas pedagógicos", dice Blanco. "La consejería impone un modelo piramidal, con un cuerpo de directores de estilo franquista", dice Hidalgo.
La consejera Mar Moreno ha insistido en que un colegio debe funcionar a partir del equilibrio de tres poderes: el director, el claustro y el consejo escolar. Reconoce, no obstante, que sobre el papel "se ha querido reforzar el liderazgo pedagógico y organizativo del director, que es el que creará a su equipo y capitaneará un proyecto educativo concreto".
Todo este debate sobre el reparto de poder no tendría sentido si en un colegio todos los maestros remasen en la misma dirección. Pero no siempre es así. Por ejemplo, el famoso Plan de Calidad -que contenía incentivos de 7.000 euros al profesor por mejorar los rendimientos- abrió una brecha dentro de los claustros, entre los que estaban a favor y los que recelaban. Para que un centro se adhiriera, la consejería exigió una mayoría de dos tercios del claustro, que apenas se logró. Luego se rebajaron muchísimo los criterios de adhesión, hasta el punto de que en un mismo centro coexistían docentes dentro del Plan y docentes fuera. Situaciones así evidencian que algunas escuelas no tienen un proyecto educativo cohesionado y coherente, reconoce la consejería, y por eso se reforzará el papel del director.
Aparentemente, dice el borrador final, ningún profesor podrá vetar las decisiones del director, pedagógicas u organizativas. El claustro, respecto a la norma vigente (de 1997), gana competencias, pero sigue siendo un órgano consultivo que se limita a "proponer", "sugerir" y "ser oído". El director nombrará a personas de su confianza para que organicen el trabajo del resto de la plantilla: designará a los tutores, a coordinadores de ciclo y a los jefes de departamento; decidirá cuántos y qué departamentos hay; distribuirá los grupos de alumnos y elaborará el Plan de Centro, que define la metodología y los objetivos de una escuela. El Consejo Escolar de Andalucía debe presentar un informe favorable o desfavorable de los reglamentos la semana que viene.
