El ministro de Sanidad, Bernat Soria, anunció ayer que los espacios públicos dónde se concentren muchas personas contarán con desfibriladores semiautomáticos para prevenir las muertes por infarto al corazón.
Sanidad pretende de esta manera reducir el número de muertes que se producen cada año en España, fuera de los centros sanitarios, por paradas cardíacas. La cifra, de 25.000 muertes anuales, es cuatro veces superior a los fallecidos por accidentes de tráfico.
El ministro, presentó ayer en rueda de prensa la nueva medida por la que, antes de mayo, todos los espacios públicos frecuentados por un número considerable de público, contarán con equipos de desfibriladores semiautomáticos, que permitirán "salvar muchas vidas".
Estos aparatos permiten recuperar el ritmo cardíaco en una persona que ha sufrido un paro de este tipo. Son capaces de detectar por sí mismos si el corazón del afectado se encuentra en estado de emergencia y "sólo apretando un botón, comentó Soria, se produce una descarga que le devuelve al afectado el ritmo cardíaco". También apuntó que los desfibriladores semiautomáticos son de "fácil uso" y que pueden ser empleados por personal no sanitario con apenas unos minutos de formación. Se pretenden ubicar en grandes establecimientos, aeropuertos, estaciones de metro o ferrocarril, estadios deportivos y centros de trabajo, y otros lugares que también registren grandes aglomeraciones.
Soria explicó que cuando una persona entra en fibrilación cardiaca sólo se dispone de diez minutos para devolver a su corazón el ritmo funcional, algo que se consigue con este sistema del que "no se ha reportado ni un solo caso negativo de mal uso".
"Es un procedimiento muy seguro", matizó el ministro, "que puede ser usado por cualquier persona aunque no sea sanitario", e insistió en la importancia de esta medida que permitirá a muchas personas librarse de la inminente muerte súbita.
