Los Reyes ya vienen por el Alcázar, que siempre es Real pero que ayer envidió tanto monárquico junto. Tal vez es por el interés de los regalos. El caso es que Alfonso XIII, Isabel II y Fernando VII miraban recelosos al gentío. Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron 25 días antes, sin camellos, con la comitiva del rodaje de la película de Cameron Diaz y Tom Cruise todavía en el Patio de Banderas y acapararon la atención y los aplausos efusivos, que también les disputó una exultante y feliz Maga de la Fantasía.
El Ateneo, como ya es tradición, puso ayer las coronas a los Reyes Magos de 2010 en el Salón Cuarto del Almirante. Sin oro, sin incienso y sin mirra todavía en las manos pero con ganas de repartir ilusión -porque caramelos tampoco llevaban-, tomaron el testigo de esta edición de la fiesta de los niños por definición. No muchos había en el Alcázar. Los que fueron, eso sí, guardaron las formas y se quedaron muy quietos en sus asientos. Una niña rubia, de las últimas filas, se atrevió a levantarse e intentar ver mejor entre las cabezas de los mayores. Se estaba jugando las muñecas de este año y miraba a algunos de los adultos pensando que merecían carbón por murmurar entre discursos.
Ayer también se presentaron otros miembros de la comitiva Real: el pregonero, Francisco Baena; el Heraldo, el humorista Manu Sánchez, también muy formal; la Diosa de la Sabiduría, Atenea, Cristina Peralta; la Estrella de la Ilusión, Marita Rufino; el Gran Visir, hijo y nieto de Reyes Magos, Vicente Flores, y la "Maga" de la Fantasía, como ella misma recalcó, Rosamar Prieto-Castro, delegada de Turismo y Fiestas Mayores en el Ayuntamiento. Ellos precedieron la proclamación oficial de Sus Majestades.
Por riguroso orden del habla popular, primero subió al estrado el rey Melchor, Manuel Eduardo Codes. El jefe del servicio de oncología médica del hospital Virgen Macarena encara su papel con la ilusión del abuelo novato. "No puedo explicar mis sentimientos por ser Rey Mago en la ciudad donde nací, estudié, donde trabajo y donde nacieron mis hijas". Así inició Codes su discurso como Majestad Real. "Por mi profesión, he tenido que dar tan malas noticias que he visto a familias destrozadas por un diagnóstico fatal. Ahora quiero ser un auténtico rey Melchor y desprender felicidad para todos", concluyó emocionado. Una felicidad que, insistió, "llegue al día a día".
Gaspar personifica más que nunca este año la intención con la que nació la cabalgata en 1918, como "evocadora del amor a los niños pobres". El rey de la barba castaña es en esta ocasión el presidente-director de Cáritas Diocesana de Sevilla, Felipe Cecilia Franco, que se metió en el papel desde el primer momento. "El rey Gaspar llega a Sevilla lleno de ilusiones y de grandes sueños; ilusiones y sueños que deseo vehementemente que se cumplan en esta generosa ciudad". El representante de la entidad caritativa quiso así dar gracias "a Sevilla por esa generosidad que demuestra con sus conciudadanos más desfavorecidos". Gaspar se despidió con una afectuoso "feliz Navidad".
El último, aunque "el preferido por niños y mayores", según sus palabras, es el presidente del Real Círculo de Labradores, Antonio Rodríguez de la Borbolla, que cogerá el betún para encarnar a Baltasar en una cabalgata que, recordó, "nació el mismo año en que mi abuelo, Pedro Rodríguez de la Borbolla, era alcalde de la ciudad". "Voy a hacer hincapié en dejar a todos contentos". Rodríguez de la Borbolla, cree que es "un regalo que el Ateneo haya elegido a la entidad que represento con motivo del 150 aniversario de la fundación, que es un club social y deportivo de gran implantación en la ciudad". Rodríguez de la Borbolla ya se está preparando para "la gran fiesta del 5 de enero".
