Como una bomba. Así ha caído en los sindicatos el anuncio que hizo ayer el alcalde, Juan Ignacio Zoido, de reducir el personal laboral del Ayuntamiento como parte de su política de recorte . Los responsables de la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) se decían ayer sorprendidos porque el alcalde no les había comunicado su intención de recortar la plantilla y porque, además, lo había anunciado a los medios de comunicación antes que a ellos mismos. Con un notable enfado, los sindicatos no han dudado en abrir la veda de las críticas.
El miércoles, tras anunciar la reducción del sueldo de los gerentes de las empresas municipales y el gasto en los equipos directivos, Zoido dijo que aquello era sólo el principio. El siguiente paso dentro de su plan de austeridad va a ser el recorte de “puestos doblados, de personal no necesario que ha sido últimamente contratado y de actividades para la que se prestan servicios desde las delegaciones y algunas empresas públicas”.
El secretario provincial de UGT, Juan Antonio Gilabert, ve en el anuncio de Zoido dos barbaridades. La primera, que la decisión “se anuncie por la prensa”; la segunda, “que se plantee que en la función pública y en el sector sobra gente”. Gilabert dice que la percepción de su sindicato es justamente la contraria: “En el sector público no sobra gente sino que falta mucha más”.
El secretario provincial dijo que Zoido tendrá que aclarar a qué se refiere cuando habla de “puesto doblados o innecesarios” y que la postura de UGT es, de antemano, oponerse al anuncio del alcalde: “Nos vamos a oponer a cualquier fórmula que suponga la reducción de puestos estructurales, los de gente que tiene una plaza”. Gilabert añadió que “el alcalde puede cambiar los cargos de confianza como quiera, pero no los que pertenecen a la administración pública”.
El dirigente de UGT criticó también la forma elegida por el alcalde para anunciar el recorte de la plantilla: “Nos parece una mala fórmula plantearlo en estos términos. Hay unos representantes de los trabajadores y de las empresas públicas y lo que tendría que haber hecho era hablarlo con ellos, con los sindicatos”.
Por su parte, el secretario provincial de Comisiones Obreras, Alfonso Vidán, aseguró en declaraciones a la Cadena Ser que “el alcalde no es el único que tiene que decidir qué puestos de trabajo son innecesarios”. Vidán declaró que se pueden reordenar las funciones de los empleados “pero no en detrimento de la plantilla” e insistió en que Zoido “no es nadie para decidir qué puestos son necesarios y cuáles no”.
Ante la confusión de los sindicatos acerca de qué puestos se pretenden recortar, este periódico contactó ayer con el Ayuntamiento de Sevilla, que manifestó que no había nada que añadir a las declaraciones de Zoido y que se informará cuando ese “paso más” en la política de recortes al que se refirió el alcalde se lleve a la práctica.
Fuentes del Consistorio añadieron que no hay un calendario previsto para adoptar esta decisión. La reducción de la plantilla municipal sería, de llevarse a cabo, la tercera medida del alcalde en pro de la austeridad que tanto prometió durante la campaña. La primera fue la reducción del 20% de su personal de confianza, que se une a la reciente bajada de sueldo de los gerentes. Las dos se acogieron con cierto optimismo. Habrá que ver si la siguiente se vuelve en su contra.
El anuncio de Zoido supone la primera grieta en la relación entre el alcalde y los sindicatos. Hasta ahora, todo habían sido buenas intenciones. Zoido se reunió en julio con representantes de UGT y CCOO para impulsar la Mesa por el Empleo. Los sindicatos tendieron la mano al alcalde pero esta actitud conciliadora puede sufrir ahora su primer revés. El motivo es que la propuesta de Zoido choca con la petición que en la citada reunión le hizo CCOO: que el Ayuntamiento contratase a los desempleados que habían perdido las prestaciones por desempleo. Zoido dijo que presentaría su propio plan de empleo, que aún no ha visto la luz, pero su idea de recortar la plantilla municipal ya se ha saldado con la oposición sindical. La batalla, la primera, está servida.
