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Los socialistas eligen hoy a su líder en medio de una crispación máxima

Rubalcaba y Chacón de disputan la Secretaría General sin que sea posible anticipar al ganador y con Andalucía como escenario de la gran batalla.

el 03 feb 2012 / 17:00 h.

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Los dos aspirantes a la Secretaría General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, aplauden una intervención ayer en un momento del Congreso de Sevilla.

El Partido Socialista resuelve hoy su 38 Congreso, el más incierto y crispado en muchos años. A las dos de la tarde está previsto que los 956 delegados convocados en Sevilla con derecho a voto, 234 de Andalucía, pongan nombre y apellido al futuro líder del partido. No se sabe que ocurrirá a partir de entonces con las armas en alto ayer exhibidas por cada uno de aspirantes. El armisticio deberá firmarse en la composición de la futura ejecutiva federal que dirigirá el partido y no será fácil. La del domingo se prevé una madrugada muy larga. El PSOE no puede permitirse salir de su congreso con una dirección apoyada solo por la mitad del partido. Se recetan unidad y ese fue el último deseo que formuló José Luis Rodríguez Zapatero antes de poner punto y final a otro capítulo de la historia del PSOE: “Os tengo que pedir que a quien salga elegido secretario general le deis el mismo apoyo que a mí". Incluso presumió de su amistad con José Bono. “Disputé el liderazgo del partido con José  Bono. Fue importante ganar pero ha sido tan importante que a partir de esa contienda se fraguara una lealtad, un afecto y una amistad”.

Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón se dirigirán hoy a los militantes en un discurso que puede mover el voto de muy pocos indecisos. Los dos se ven ganadores. O eso dicen. Ayer, en una evidente guerra psicológica, ambos se afanaban por sonreír, parecer relajados y porque les acompañara la aureola de la victoria. Pero para expresar como estaba el ambiente sirva la frase de Chacón pillada por una cámara: “Me siento como Messi esquivando las patadas de Pepe". La pregunta más repetida en el hotel de Sevilla que acoge el cónclave era: ¿Quién crees que va a ganar? La respuesta dependía inevitablemente de la preferencia del interlocutor. El número de votos de ventaja era variable. Desde 80 a poco más de 20. Nadie sabe realmente quien va a ser el futuro secretario general que deberá sacar al PSOE del peor hoyo electoral de su historia para plantar cara a un PP con un poder superlativo.

En un escenario tan polarizado y crispado como el que están ofreciendo los socialistas será difícil que sus palabras, sus mensajes o sus gestos muevan a los delegados a coger otra papeleta distinta a la que tenían pensada. Por eso los candidatos y sus equipos amarraban sus apoyos para evitar sorpresas. Rubalcaba incluso llamando personalmente a algunos delegados, según confirmaron a este periódico. Muchos de ellos andaluces. Chacón, animada por la activa organización a su favor del PSOE andaluz. Ayer siguieron las denuncias de fuertes “presiones” en boca de alcaldes tan importantes como el de Dos Hermanas, Francisco Toscano, que se dirigieron directamente contra el secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán.

Andalucía va a ser clave. Si la líder del PSC gana, habrá tenido que contar con la mayoría de los votos de los delegados andaluces. Si vence Rubalcaba, se confirmará que el PSOE andaluz ha llegado a este 38 Congreso completamente dividido y que finalmente la federación más potente de los socialistas ha quedado, de verdad, neutralizada. Además es el PSOE andaluz de Griñán el que está reproduciendo de forma más dura la batalla a dos bandos que libra el partido. Andalucía no solo está siendo el escenario elegido para el cónclave sino también la federación que está llevando más al extremo la división en dos trincheras, entre rubalcabistas y chaconistas, pero también, inevitablemente, entre partidarios o no de Griñán y su secretaria de Organización, Susana Díaz, que por cierto ayer se dejó ver muy poco fuera del despacho. No hubo, aseguran, convocatoria oficial de ninguna reunión con los secretarios provinciales. Pero sí conversaciones intensas para apuntalar los apoyos a favor de la exministra de Defensa.

Griñán, como presidente del congreso y secretario general del PSOE-A, se ha mantenido en lo que los suyos bautizaron como “neutralidad activa”. Públicamente no ha dado su apoyo a ninguno de los dos candidatos. Pero su dirección lleva mucho tiempo, dicen, trabajando por Chacón. En una estrategia movida fundamentalmente, explican, por un cálculo electoral. Sostiene que ante las inminentes elecciones andaluzas, que se celebrarán el 25 de marzo, es mucho más ventajosa para Griñán la foto con Chacón que con Rubalcaba, que hace solo dos meses llevó a perder 700.000 votos socialistas en Andalucía. Los detractores de esta operación, que puede costar muy cara a Griñán y dejar tocado su liderazgo si vence Rubalcaba, hablan de una estrategia “suicida”, dirigida a “laminar el tardofelipismo” en el PSOE  en la que, aseguran, tiene mucho que ver el interés de los actuales dirigentes andaluces por sepultar cualquier huella del poder que ostentaban Manuel Chaves, aún presidente del partido, y dirigentes como Luis Pizarro o Gaspar Zarrías, también en la actual ejecutiva. Ambos saldrían con Chacón.

Los últimos días se han sucedido gestos claves. A solo 72 horas del congreso cinco secretarios provinciales del PSOE andaluz salieron a dar su apoyo a Chacón y a exhibir una mayoría de delegados a su favor. Los críticos de Cádiz y Sevilla también pujaron por la catalana. Y solo un día antes, la número dos de la ejecutiva andaluza, Susana Díaz, confirmó su apoyo público a Chacón.Esta estrategia ha tensionado al máximo el PSOE andaluz, ante la mirada atónita de los socialistas de Despeñaperros para arriba, y ha provocado duros enfrentamientos entre los afines a Griñán y los líderes de Sevilla, José Antonio Viera –el más beligerante–, Cádiz, Francisco González Cabaña, y Jaén, Francisco Reyes. Territorios de Pizarro y Zarrías los dos últimos. El mensaje desde el equipo de Rubalcaba fue el de no agitar más la polémica porque en ese río revuelto pesca Chacón. Los dirigentes del PSOE-A niegan que en las urnas del Congreso de hoy haya nada en juego. Decidirá de verdad, dicen, los resultados del 25 de marzo. El PSOE vota hoy su futuro y en 50 días su principal granero le dirá qué opina.

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