Cuando el PSOE agote esta legislatura, llevará 30 años en el poder en Andalucía. Esa reflexión la hizo ayer en público el secretario de Organización de los socialistas andaluces, Luis Pizarro, quien trasladó la decisión de su partido de "redefinir esa alianza estratégica del pueblo andaluz con el PSOE andaluz". Son conscientes, dijo, de que Andalucía no es la misma que hace 26 años y que se le presentan "retos de las sociedades modernas".
Para abordar este debate, el PSOE-A celebrará en 2009 una conferencia política, con el convencimiento de la dirección socialista de que hay que "hablar más de los ciudadanos".
Pero en estos días en la vida interna del PSOE se habla fundamentalmente de algunos ciudadanos, en concreto, de quienes serán los encargados de dirigir el partido después de los congresos, que se celebrarán en julio. Con la agrupación de Sevilla enfrascada en una guerra sin cuartel, el número dos de la Ejecutiva regional hizo ayer un nuevo llamamiento al diálogo para que salgan "direcciones fuertes, cohesionadas y ampliamente respaldadas". "Esperemos que aún estemos a tiempo de conseguirlo", sostuvo Pizarro, quien eludió valorar el hecho de que la consejera de Justicia, Evangelina Naranjo, justificase su activa presencia en el debate interno de Sevilla. "Ya hemos hablado bastante de Evangelina Naranjo en estos días", se limitó a decir.
Sí se extendió al aplaudir la decisión de Marisa Bustinduy de no aspirar a ser candidata del PSOE de Málaga, la otra provincia en la que los socialistas afrontan con más dificultades sus congresos. "Ha dado un paso para facilitar las cosas y buscar un gran paso", celebró el dirigente socialista.
