Han pasado 12 días desde que un MD-82 se estrelló en Barajas justo después de despegar. Las aguas van volviendo a su cauce, pero las familias de las víctimas, como no podría ser de otra manera, no olvidan. Los allegados de los fallecidos franceses del accidente aéreo amenazan con demandar a la compañía Spanair.
Los restos de dos de las tres víctimas francesas, Pierrick Charilas, de 32 años, y su hijo, Ethan, de cuatro, fueron repatriados el domingo a Francia, donde dos días antes habían llegado las cenizas de la tercera, la franco-española Pilar Ferreira. Magali Baton, ex campeona de judo y madre de Ethan, pondrá el asunto en manos de un abogado en nombre de las "tres familias", según indica en el dominical Le Parisien Dimanche. "Han matado a 154 personas. Poner una demanda es lo menos que se puede hacer", afirmó.
El padre de Pierrick y abuelo de Ethan, Patrick Charilas, dijo que están "determinados" a poner una demanda y que irán "hasta el final". "Spanair tiene una responsabilidad. No es una compañía de bajo coste. Vamos a poner una demanda", dijo Charilas, que permaneció nueve días en Madrid esperando a que concluyera el proceso de identificación de los cadáveres.
Señaló que los empleados de la aerolínea les atendieron muy bien pero denunció que "a la dirección nunca la vimos".
La tensión que en todo momento ha rodeado al accidente aéreo terminó de explotar el domingo, cuando la compañía aérea desmintió la información dada el día anterior por la ministra de Fomento. Magdalena Álvarez aseguró que Spanair había barajado, minutos antes del despegue, la sustituir el avión averiado.
El domingo, la compañía aseguró que no había sido así y una grabación de AENA hecha pública en los medios probó que sí. En cualquier caso y según todos los expertos, pedir un cambio de matrícula entra dentro del protocolo habitual. Mientras las especulaciones sobre las posibles causas del accidente y la investigación siguen su curso, los heridos que continúan ingresados en diversos hospitales de Madrid y Canarias evolucionan, en su mayoría, favorablemente.
Complicaciones. Cuando el ambiente en Barajas empieza a volver a la normalidad, a Spanair le siguen creciendo los enanos. La aerolínea acumuló ayer al menos 12 retrasos en sus vuelos de salida desde el aeropuerto de Madrid-Barajas, en una jornada complicada de por sí para todas las compañías aéreas, al coincidir la operación retorno con el fin de semana. Portavoces de Spanair dejaron claro que los motivos técnicos, y especialmente los operativos, están detrás de estas demoras, que en el caso del vuelo a Budapest fue de 11 horas.
Otros vuelos de esta compañía con destino a Barcelona, Gran Canarias, Asturias, Almería o Copenhague sufrieron retrasos de entre dos y cuatro horas, lo que llevó a decenas de pasajeros a pedir hojas de reclamación.
Los pasajeros del vuelo de Budapest, que despegó finalmente a las 17.15 horas, acudieron incluso a la Guardia Civil ante "la falta de información y de coordinación", tanto por parte de la compañía como de la mayorista Iberojet, indicaron a Efe algunos de ellos antes de embarcar en su vuelo chárter. También señalaron que ante sus protestas, finalmente Spanair les trasladó a un hotel cercano, donde les dieron de comer.
