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Los últimos trabajos revelan que la Tumba del Elefante fue un templo

Alejandro Jiménez aclara varios misterios en una visita a la Necrópolis

el 28 jul 2011 / 19:43 h.

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Cuando a finales del siglo XIX Luis Reyes comenzó a excavar sobre la actual Tumba del Elefante no imaginaba que los restos encontrados acabarían por convertirse en una de las joyas de la Necrópolis de Carmona. A su valor, todavía por conocer en toda su magnitud, se suman las teorías y creencias que sobre su uso llevan generándose desde que se descubrieron los restos. Entre todas, las últimas investigaciones realizadas han destapado que esta construcción funeraria pudo ser en su origen un templo dedicado al dios Mitra.

Uno de los responsables de las últimas excavaciones, el arqueólogo Alejandro Jiménez, reveló a los alumnos del curso Arqueología entre líneas los avances recientes en las ruinas. De este modo, los participantes pudieron visitar la Tumba del Elefante, cerrada al público debido a su mal estado, comprobando in situ los restos del conjunto que hablan sobre el posible uso que pudo dársele en sus orígenes.

Precisamente estos trabajos han revelado que los elementos que hablan sobre su uso funerario fueron construidos sobre una base previa, es decir, su adecuación fue posterior a la formación del espacio. Y ahí es donde entra la última teoría de los investigadores. La concepción inicial del espacio -sin contar con los comedores y nichos posteriores- estaba formada por un gran edificio divido en tres naves con una sala principal, en lo que supone un diseño muy similar a los templos dedicados al dios Mitra. Es por ello por lo que se cree que los mitreos hicieron uso de este espacio para honrarlo. "Tanto la cámara funeraria como el comedor principal se retallaron sobre estos espacios existentes", aseguró el arqueólogo del complejo. Ante lo cual afirmó que "tuvo un uso previo que por su estructura se asemeja a los mitreos".

Lo cierto es que desde sus orígenes, las excavaciones en la tumba han dado lugar a hipótesis muy dispares y llenas de contradicciones. En el pozo ubicado en su interior se halló la figura de un elefante -que propició el nombre de la tumba-, los restos de una estatua dedicada a Atis y un betilo, esto es, una especie de piedra utilizada en la época. Pero la realidad es que nunca se supo si esos elementos "eran originarios de allí o fueron trasladados en un momento concreto".

Jiménez afirmó que "se supone que cuando los mitreos salieron de aquí vendieron el complejo y se le dio el uso que reclamaban". En este sentido, el resto de hipótesis plantean que pudo convertirse en "un colegio funeraticio" en el que los ciudadanos pagaban una cantidad de dinero para asegurarse un nicho. Un hecho que también explicaría "la presencia de tres comedores", ya que los banquetes eran frecuentes en la cultura de la época vinculados a los ritos funerarios.

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