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Los Viajes de Araújo: El Betis regresa a la Copa de la UEFA tras once años

En el año 1995, Manuel Ruiz de Lopera había encontrado en Serra Ferrer a su entrenador ideal y sus éxitos le llevaron a Europa.

el 23 dic 2009 / 08:58 h.

Fotografía del gobernador del departamento colombiano del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar.
Con Serra Ferrer. Desde aquel partido de infausto recuerdo por el arbitraje del austriaco Fanhler en la ciudad rumana de Craiova en el que el Betis fue eliminado en la tanda de penaltis en el otoño de 1984, con Pepe Alzate en el banquillo y Gerardo Martínez Retamero en la presidencia, tuvieron que pasar 11 años para que el Betis volviera de nuevo a Europa. Manuel Ruiz de Lopera era el máximo accionista, como hoy sigue siéndolo, José León Gómez, presidente, igual que ahora, y se había asentado en el banquillo Lorenzo Serra Ferrer.

 

El mallorquín había llegado de la mano del secretario técnico Eusebio Ríos tras cesar el club heliopolitano a Sergio Kresic. En un tercio de liga sensacional, logró el ascenso y consolidó al equipo el año siguiente en puestos de UEFA, tras otra brillante campaña con jugadores poco conocidos, pero haciendo un conjunto magnífico. Los refuerzos de Jarni y Alfonso dieron un plus de calidad a un equipo muy conjuntado y de excelente rendimiento. Su primer rival en la UEFA fue en septiembre de 1995 el Fenerbahçe.
Andaba muy fuerte entonces el fútbol turco. La selección nacional se clasificaba para la Eurocopa de Inglaterra y los tres grandes de Estambul, Galatasaray, Besiktas y Fenerbahçe, habían apostado por técnicos de prestigio mundial. Souness (inglés), Daun (alemán) y Parreira (brasileño) eran sus entrenadores. Más Beenhakker, que entrenaba al Istambul, el cuarto equipo de la capital, muy inferior a los grandes. Ello demostraba que había mucho dinero y que el salto de calidad era indudable en el pasional fútbol turco.

Llegamos de madrugada al aeropuerto internacional de Estambul, situado en la parte europea. Estambul, con casi 14 millones de habitantes, dispone de otro aeropuerto en la parte asiática. La ciudad está dividida, con territorios en Europa y Asia separados por el Bósforo con el famoso y espectacular ‘Cuerno de Oro'. En el vuelo charter viajaban Lopera, junto a su esposa, hermana, cuñado y sus sobrinos, Javier y José Luis; el presidente, José León, los vicepresidentes, Luis Bellver y Ángel Martín, los consejeros, Juan Luis Aguado, Balbino de Bernardo, junto al relaciones públicas, Gregorio Conejo. También viajaron los ex vicepresidentes del club Manolo Romero, con su nieto, y Juan Salas Tornero, con su hijo. Recuerdo también entre muchos aficionados a Anselmo Valdés y José Ignacio de Rojas, que nos acompañaron en el pequeño minibús que llevábamos los periodistas de Sevilla y Madrid que habríamos de cubrir la información del evento europeo. A pesar de la hora tardía, hubo mucho fotógrafo y cámara de televisión en la llegada y recuerdo el enorme ramo de flores con el que obsequiaron a la esposa de Manuel Ruiz de Lopera, la encantadora Isabel, los directivos del Fenerbahçe.

Otra vez hubo que pagar. En el almuerzo oficial que el Betis ofreció a los periodistas desplazados supimos que los turcos exigían 1.500 dólares a cada emisora que radiara el partido. Lopera se ofreció para intermediar ante Ali Sen, el multimillonario presidente del Fenerbahçe, cuando tuvieran la comida oficial. El alojamiento en el Hotel Conrad, un extraordinario establecimiento de cinco estrellas, tuvo para mí un gran inconvenien-te. Mi habitación daba a una de las miles de mezquitas que hay en la capital y cuando el emir llamaba a la oración sus cánticos no me dejaban dormir. Por la mañana, supe que el emir no era muy madrugador pues los cantos estaban grabados en una cinta magnetofónica que saltaba a las horas establecidas.

Por primera vez vi el Gran Bazar, tras una visita a la sensacional, y bellísima joya que es la Mezquita Azul así como la Catedral de Santa Sofía y el Palacio de Topkapi. A todos nos extrañó que en casi todas las tiendas, y hay miles, hablaban español. Años después, cuando volví, en el Gran Bazar había letreros que indicaban que "parlamos catalá". Lo importante es que nadie se marche sin comprar al acercarse a los tenderetes. Allí hay todo tipo de imitaciones de grandes marcas a precios bajísimos. Entre tanto que ver y comprar y mientras encontrábamos la salida se nos fue el tiempo. Había una hora de diferencia y no nos dimos cuenta ni Rafael Almansa, ni yo, de que se nos había echado encima la hora del programa. El tráfico en el centro de Estambul es un caos, y todavía peor la conducción. En un taxi y tras pagar un canon muy por encima del taxímetro de libras turcas, un suicida taxista batió un récord de prohibiciones y nos colocó en hora de forma sorprendente en el hall del Hotel Conrad donde íbamos a realizar el programa.

Llegaron los dirigentes béticos en un helicóptero que Ali Sen les había ofrecido tras la comida para poder eludir el monumental atasco, algo que es frecuente entre los que tienen posibles en Estambul, y Lopera nos comunicó que sólo había podido lograr de Ali Sen que pagáramos 500 dólares. Adelantó el Betis las cantidades y quedaron en que en la vuelta cuando los turcos vinieran a Sevilla pagarían idénticas cantidades con lo que se compensarían los 500 dólares que habíamos pagado. "El gozo en un pozo". A Sevilla no vinieron los periodistas turcos esperados y, una vez más, fuimos los paganos los periodistas de Sevilla y Madrid.
Salimos cinco horas antes del partido hacia el campo, que no tiene nada que ver con el Sukru Saracoglu actual. Había una circulación infernal. Había que atravesar el ‘Cuerno de Oro'. Las gradas, dos horas antes, estaban abarrotadas. Pasamos delante del palco y también estaba lleno. Después de pagar el canon por retransmitir nos encontramos sin cabinas y con los cables por el suelo situados detrás de las cámaras de televisión. Un auténtico desastre.

Sin nombres. La vuelta del Betis a Europa fue todo un éxito. El doctor don Ramón Cansino y el masajista Vicente Montiel no pudieron recuperar a Alfonso, pero aquel equipo del Betis, sin nombres pero con hombres, y conjunto que había hecho Serra Ferrer pudo ganar l-2 teniendo enfrente a un Fenerbahçe cuajado de internacionales y con todo un campeón del mundo con Brasil en el banquillo, como Carlos Alberto Parreira. Qué rendimiento más extraordinario sacó el Betis a aquellos futbolistas: Jaro; Jaime, Ureña, Vidakovic, Josete; Cañas, Alexis, Merino, Jarni (Menéndez); Stosic (Sabas) y Pier. Analicen de dónde vinieron y cuánto costaron aquellos futbolistas y pongan en la balanza el rendimiento que dieron a la entidad de Heliópolis. El fútbol muchísimas veces no son los nombres de los que se componen los equipos, sino el rendimiento que un técnico es capaz de sacarle a ese conjunto de nombres componiendo lo que es un equipo en el más amplio sentido de la palabra.

Volvimos al hotel. Una vez más, los periodistas no teníamos habitación, ni tampoco los aficionados, porque lo habíamos desalojado para irnos al partido y entre explicaciones nada convincentes pasamos las horas hasta que en la madrugada buscamos el aeropuerto de Estambul para llegar al aeropuerto de San Pablo de Sevilla a las 7 de la mañana. Al menos, esas horas poco gratas que pasamos desde que terminó el partido hasta que partimos hacia Sevilla, quedaron paliadas con el magnífico partido y resultado conseguido por el Real Betis y las visitas que habíamos hecho para conocer una ciudad encantadora, caótica y sorprendente. Porque, sin duda alguna, Estambul, la capital de Turquía, es distinta y bella para dejarla de sobra.

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