El aprovechamiento pesquero en sus aguas ha sido una de las actividades tradicionales que se ha mantenido hasta nuestros días. Sus fondos albergan especies muy apreciadas por el hombre como sus crustáceos y mariscos, que hacen pervivir viejas artes de pesca y antiguas embarcaciones que todavía faenan en sus aguas. El tenue brillo del sol ilumina las redes de uno estos barcos varado en una
de sus orillas del Bajo Guadalquivir.