No pudo el Sevilla dar la vuelta a la eliminatoria y se despide de la Copa a la primera dificultad. Los blanquirrojos tuvieron media hora inicial de fútbol intenso y brioso en el que no fueron capaces de igualar el 1-0 adverso pese a gozar de buenas ocasiones para ello. Luego bajaron notablemente su ritmo y permitieron al Valencia defender sin agobios su ventaja, e incluso incrementarla en la primera contra clara de que gozaron, cogiendo otra vez las espaldas de Spahic.
Los dos goles postreros sólo sirvieron para maquillar una eliminación que deja un tremendo poso de desilusión y muy tocado a Marcelino, que anoche reaccionó muy tarde desde el banquillo y se la va a jugar en los dos próximos partidos ante el Espanyol y el Betis, quién se lo iba a decir. Sin Copa, sin Europa League y deambulando con más pena que gloria en la Liga –9 puntos en los 10 últimos partidos– este Sevilla no está respondiendo a las expectativas levantadas y así lo entendió ayer la propia hinchada, dejando medio vacías las gradas en un partido de tanta trascendencia, que, por cierto, Marcelino calificó luego de “extraordinario”. En fin.
