Los médicos forenses que comparecieron ayer en el juicio por el caso Mari Luz -la menor onubense desaparecida en 2008 y hallada muerta 54 días después en la ría- confirmaron que la menor murió por "asfixia mecánica por supersión" y por tanto estaba viva cuando fue arrojada al agua, presuntamente por Santiago y Rosa el Valle.
Negaron que la pequeña fuera arrojada a una alcantarilla, como declaró inicialmente Del Valle, ya que si hubiera sido así presentaría hematomas por todo el cuerpo y solo las tenía en zonas concretas. Uno de los forenses explicó que todas las heridas que presentaba el cuerpo eran "muy superficiales, sin sangrado y que no tienen relación causal con el fallecimiento de la menor". También descartaron los abusos sexuales aunque no "tocamientos".
Finalmente, y tal como era su deseo, ni los padres de Mari Luz ni ningún familiar declararán mañana en el juicio, ya que el tribunal entiende que aportarán nada nuevo.