Rafael Gordillo, en el vestuario con el filial tras la victoria ante el Benidorm.
El Betis B salvó la categoría y también el proyecto de cantera que tiene en mente el consejo de administración. La victoria sobre el Benidorm es más trascendental de lo que parece y ahora hay vía libre para que el club reestructure el filial, la punta de lanza de la cantera. Y hay muchos asuntos que tratar. El primero es el entrenador. Mariano Suárez sustituyó a Oli a ocho jornadas del final, con el equipo en una situación pésima, y lo ha salvado en el play out, así que reclama su derecho a continuar en el cargo. "Me gustaría seguir, en estos tres meses ha habido mucho trabajo y sacrificio y me gustaría recoger la recompensa. Conozco el B y el C, a los juveniles, y sé lo que hace falta. Creo que deberíamos dar continuidad a este proyecto", indica. "La directiva confió en mí y se lo agradezco. Ahora creo que también deberían darme la oportunidad. Soy optimista", añade el coriano, que recuerda que no es "cualquiera". "He sido segundo del primer equipo y del filial, jugador... Y he sido tela de pesado con los jugadores, pero conseguimos que el grupo se uniese y se comprometiese; esa fue la clave", apostilla.
La configuración del plantel también está pendiente. Ya están fichados el central Raíllo (Pozoblanco) y el delantero David Querol (Reus) y suena Fede Vico (Córdoba B), pero sobre todo hay elementos importantes que acaban contrato, como Adrián, Damián o Juan Calahorro. Razak, cuya cesión acaba después de dos años, tiene difícil la continuidad.
