Cultura

Marina Ramos, de 21 años, es la primera directora de orquesta de Utrera

Nacida casi con la batuta bajo el brazo, Marina Ramos Chincho será recordada como la primera utrerana que ha obtenido el título de directora de orquesta, siendo además una de las de menor edad de toda Andalucía. Con 21 años, la joven se ha licenciado con la calificación de sobresaliente en Dirección de Orquesta por el Conservatorio Superior de Málaga.

el 07 ago 2010 / 19:53 h.

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Marina Ramos quiere seguir afianzando su formación musical en el extranjero.
Como explica la protagonista, fue su padre el que la inició en el mundo de la música ya que, cuando sólo tenía siete años la animó a acudir a las clases del conservatorio utrerano. En un principio, comenzó estudiando uno de los instrumentos que más amantes tiene en Utrera: el saxofón, aunque ya en el segundo año le sugirieron que también podía dedicarse al piano.


Una vez terminó sus estudios de grado elemental en Utrera, Marina realizó la prueba de acceso para los de grado medio en Sevilla, donde aprobó las pruebas de acceso de ambos instrumentos. "Entonces no se podían estudiar dos a la vez, pero como ya tenía en mente dedicarme a la dirección de orquesta, decidí seguir con el piano", comenta.

Su familia ha sido un gran apoyo para que pudiera avanzar en su idilio con la música, una carrera con muchas dificultades, sobre todo en edades más tempranas donde hay que compaginar los estudios con los académicos. Reconoce que "da un poquito de vértigo, sobre todo, cuando te dicen que los estudios duran la friolera de 14 años". De hecho, "de los compañeros que comenzaron a estudiar en Utrera música, ninguno ha llegado a terminar la carrera".

En los últimos días, Marina Ramos ha formado parte de la escuela internacional de flamenco y música clásica Utrera Suena, donde se ha encargado de la dirección del grupo instrumental. Para septiembre, tiene programado un viaje a León para participar en un curso con el director de orquesta Bruno Aprea. En cualquier caso, sus inquietudes son muchas y a largo plazo está pensando en continuar su formación musical en el extranjero realizando un postgrado.

Desterrando algunos mitos que existen con respecto a los músicos de conservatorio, Marina afirma que no sólo le interesa la música clásica, sino que "incluso en mi carrera todas las optativas han ido enfocadas al jazz". Marina destaca que "la sensación de estar delante de una orquesta dirigiendo es realmente indescriptible", y "siempre hay que ser capaz de ganarte el respeto de la orquesta, porque la orquesta sin el director puede tocar, pero el director sin la orquesta no es nadie".

Día a día, Marina seguirá formándose y creciendo en el mundo de la música, y con un sueño común para la mayoría de directores de orquesta: "poder dirigir algún día el concierto de Año Nuevo en Viena, aunque es algo muy complicado".

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