-¿Ha dado muchas vueltas a las jugadas de Mallorca?
-En realidad en la segunda tarjeta casi no toco al jugador, quizá un poco las piernas. Si yo tengo el balón y me da él y me quejo, seguro que no le sacan tarjeta. No le toqué, pero él hizo su guasa, chilló y aprovechó la circunstancia. Y en la jugada de la primera tarjeta es el rival quien me da un codazo a mí y yo, al caerme, le doy sin querer. Parece que tengo la negra, la próxima vez no haré nada o tendré más cuidado.
-¿Cómo está? ¿Una temporada dura para usted?
-Estoy bien porque este año no he tenido ninguna lesión, pero también un poco jodido por las tarjetas. Lo principal es que no he tenido ninguna lesión, aunque si no es una cosa es otra.
-Todavía no ha jugado tres partidos seguidos en el Betis...
-Sí, es una putada. Si no fuese por las tarjetas, los habría jugado y estaría mejor física y psicológicamente, pero a ver, hay que actuar en el momento, no en frío. De esto se aprende, seguro.
-¿Se lo toma con tranquilidad o le inquieta esa falta de continuidad?
-Me lo tomo con tranquilidad, son circunstancias que joden pero me encuentro bien físicamente. El problema es que cuando no es una cosa es otra, pero hay que intentar que no ocurra más. Además el míster cuenta conmigo y la gente también.
-Lo curioso es que en 118 partidos anteriores sólo lo habían expulsado dos veces...
-Es cierto. Llevo once años de profesional y solo me habían expulsado dos veces. No soy un jugador que dé patadas ni que sea duro, simplemente tengo una mala racha y me sacan todo lo malo. Hay que intentar cambiarla, nunca antes me había pasado algo así.
-Ha dicho que no se considera un jugador duro.
-Ni mucho menos, quien me conoce sabe que no lo soy. Esto sólo es una racha mala
-¿Mario ha cambiado su forma de jugar en algo desde que está en el Betis?
-No he cambiado, me tocó y ya está, tampoco tengo muchas tarjetas amarillas, siempre he sido un jugador limpio. Es el momento, cada vez que hago algo me lo achacan a mal, pero nunca he sido sucio, soy el defensa de toda la Liga con menos amarillas por partido.
-Y ahora no piensa cambiar su forma de jugar, claro...
-Si cambio la forma de jugar con 30 años, mal vamos. Lo que haré será medir un poco mejor y que la suerte esté de mi parte, porque cada vez que hago una falta me sacan tarjeta: en Barcelona, dos faltas y dos tarjetas; en Mallorca dos faltas y dos tarjetas.
-No será que cae mal a los árbitros, ¿no?
-Espero que no (ríe). No hay que darle muchas vueltas.
-¿Alguna de sus expulsiones en el Betis ha sido injusta?
-Sinceramente, sí. Quitando la de Bilbao, en la que me excedí aunque tampoco le di para que me expulsaran, en Barcelona se podía haber ahorrado la segunda tarjeta y en Mallorca también.
-Resulta llamativo que un jugador de su veteranía (30 años) sea tan expulsado, ¿no?
-No es veteranía, son lances del juego, de la forma de jugar... Y también los árbitros, que podían medir un poco más.
-¿El míster habla mucho con usted de esta faceta del juego?
-Ni mucho menos, el míster ve las jugadas y sabe cómo soy de jugador. Lo que sí me dice es que esté más tranquilo, nada malo.
-¿Qué balance hace de su trayectoria en el Betis hasta ahora?
-Quitando las lesiones, estoy contento. Lo he intentado hacer lo mejor posible y he dado la cara, aunque mi meta está más arriba y sé que lo puedo hacer mejor.
-Se espera mucho de usted, es considerado poco menos que el líder de la defensa...
-Lo de líder no me importa, eso lo dice la prensa, no la afición ni mis compañeros. Yo no me creo el jefe de la defensa, sólo intento hacer mi trabajo bien, soy un jugador más que intenta cumplir y que da todo por el Betis para que todos estén contentos.
-¿Cree que la gente está contenta con su rendimiento?
-Si no lo está, supongo que ya me llegará, pero nadie me ha dicho nada malo. Ellos ven todos los entrenamientos y que lo doy todo. Las cosas saldrán bien o mal, pero la actitud es lo que cuenta y yo siempre doy la cara.
-Hablemos del equipo. ¿Cómo se explican los altibajos y las rachas de este Betis? ¿Quizá se debe a esa forma de jugar, al todo o nada?
-No, son lances del juego y nuestra forma de jugar es con la que ha hemos ganado partidos a rivales superiores, así que debemos seguir adelante, no tenemos por qué cambiar. El equipo está con confianza.
-Hablaba el míster de nervios si la clasificación empeora. ¿Los detecta ya en el vestuario?
-Esperemos que no, somos un equipo joven e inexperto pero también somos un equipo con muchas ganas de hacer las cosas bien. Esperemos que ese factor pueda más que los demás. Es una racha mala que hay que cambiar, nada más.
-Por cierto, hay que preguntarle por Míchel. ¿Qué le parece su fichaje por el Sevilla?
-Yo lo tuve dos años y me ayudó mucho, así que espero que le vaya muy bien, aunque por supuesto prefiero que nos vaya mejor a nosotros. En el Getafe tuvimos un año muy bueno y nos metimos en la UEFA, al año siguiente lo pasamos mal.
