Recuerdan que a principio de temporada reclamaba yo a la afición grandes dosis de paciencia y tranquilidad? Aunque hablaba de que el equipo tenía algunas lagunas, yo confiaba en que los fichajes, tarde o temprano, iban a dar la cara por este Betis para demostrar a todos que la permanencia era perfectamente viable. Primero, Ricardo, luego Pavone y ahora Mark González. Este último tiene condiciones para sobresalir sobre la cancha. Fino y sutil en el juego, se aparecía durante la primera vuelta del equipo como un jugador discreto. Sin embargo, los nuevos bríos insuflados por Chaparro han terminado por descubrir esa elegante contundencia que demuestra Mark sobre el área. Una zurda de lujo.
Por cierto. Seguro que a Mark, en su condición de chileno sufridor de una de las dictaduras más crueles de la Historia, le sorprende desagradablemente lo que está viviendo el Betis con la Federación Española de Fútbol y su presidente Villar. Algún parecido pinochetista puede atisbarse en dicha actitud del mandamás federativo. Ni Pablo Porta se atrevió a tanto desmán en el reparto de prebendas. A los poderosos, gloria bendita, mientras que para los que disienten, leña al mono.
El Betis, durante el franquismo, vivió situaciones de opresión e injusticia. Lo de ahora parece pecata minuta, pero no deja de escandalizar en pleno siglo XXI y con una democracia absolutamente consolidada.
