La baja de Mark González, algo que se ha producido varias veces este temporada, llega en esta ocasión en el peor momento desde el punto del vista del rendimiento del jugador. El equipo está casi salvado, pero pierde a un gran puntal todo un mes.
Si hace un mes y medio llega a ocurrir lo que desgraciadamente para el Betis ha venido sucediendo con demasiada asiduidad esta temporada, que se lesione el más que frágil Mark González, pues todo el mundo se hubiese lamentado de que un jugador con indudable calidad volvía a quedarse fuera de juego y por tanto sin posibilidad de entrenarse con el grupo y coger el ritmo del resto de los compañeros. Pero nadie, o casi nadie, podría hablar del rendimiento que el jugador estaba dando, que era ninguno.
Ahora ya hay cifras de las que hablar. Y cuando hablamos de la baja de Mark González nos referimos a la ausencia del señor que ha marcado el 50% de los ocho últimos goles que ha hecho el Betis y que le han dado nueve de doce puntos, esos que le ha concedido la tranquilidad de que la permanencia está casi garantizada.
Mark González comenzó su racha en el desgraciado encuentro ante el Athletic de Bilbao (1-2 por decisión de Villar), cuando hizo el primer gol del Betis. Luego, en la jornada 29, en Pamplona, fue el autor de ese tanto de falta que le dio al Betis ni más ni menos que tres puntos, vitales sobre todo porque llegaban después de esa semana en la que, con la Federación sobre la chepa, casi todo el mundo daba al Betis por descendido tras la decisión de Competición de darle por perdido el encuentro ante el conjunto vasco y de cerrarle el campo un par de partidos.
No se encontró bien, sin embargo, y su aportación no fue la esperada, en el encuentro ante el Barcelona, en el que fue de nuevo Edu, ayudado por Sobis y Odonkor, el que sacó las castañas del fuego. De hecho, Mark González fue sustituido por Paco Chaparro en una decisión que le terminó saliendo a la perfección al buen entrenador trianero.
Pero de nuevo en Zaragoza, en otro partido con valor doble, por lo que sumaba el Betis y dejaba de acumular el cuadro maño, el equipo que ahora marca la frontera entre la Primera y la Segunda División, apareció la mejor versión del rapidísimo y explosivo extremo chileno. Dos goles, los dos muy de la casa, el primero de cabeza y el segundo en una jugada antológica llena de fintas y cambios de ritmo, fue el legado que dejó Mark González antes de sufrir de nuevo otra inoportuna lesión que le dejará alrededor de un mes fuera de las alineaciones.
El Betis se queda sin la participación de un jugador que ha disputado quince encuentros como titular en los que no sólo ha reportado esos cinco goles, cuatro de los ocho últimos, sino que además ha regalado dos asistencias de gol.
