El último Rey Melchor destronado de la Cabalgata de Sevilla, Fernando Fabiani, asegura sentirse "sometido a un juicio inquisitorial en la plaza pública, condenado de antemano y con mi honorabilidad pisoteada", después de que trascendiera la existencia de una denuncia contra él por presuntos abusos sexuales a una de sus hijas, a la que, según aclara, dejó de ver cuando la niña sólo contaba con 4 años. A través de un comunicado hecho público en ABC, el adjunto a la presidencia del Ateneo se lamenta de que algunas personas hayan dudado de él y lo hayan condenado por lo que los jueces no hicieron. "Un miembro de la comisión permanente con el presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero a la cabeza, han hecho lo que la juez Mercedes Alaya no hizo, condenarme".
En un extenso comunicado, Fabiani reconoce la existencia de esa denuncia, aunque la relaciona con su separación matrimonial y su-braya que la juez sobreseyó la denuncia porque no existían pruebas. Según insinúa, la filtración de esta noticia sólo pretendía "poner a otro Rey Mago en tela de juicio por un terrible delito, aunque ni hubiera imputación, ni juicio, ni siquiera hubiera sido llamado a declarar. Sólo una denuncia rechazada por la juez y que por añadidura estaba prescrita". Fabiani desmiente de manera rotunda que ningún juez haya dictado contra él una orden de alejamiento de sus hijos. Reconoce el "desencanto" que le ha producido dejar de ser Rey Melchor por esta razones, a pesar de que pertenece al Ateneo desde hace 14 años y a su junta directiva desde enero. En su misiva no aclara si renunciará voluntariamente a su cargo de adjunto al presidente en la junta directiva.
