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“Me han dado oportunidades en el extranjero que España me ha negado”

Carolina Gracia es creadora de la App ‘Inmigramob’ para enseñar español a inmigrantes

el 14 dic 2013 / 23:00 h.

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15342057 Carolina Gracia contesta a las preguntas desde Poitiers (Francia) donde anda, de nuevo, estudiando. Esta sevillana, con un acento difícil ya de clasificar después de tantos años dando tumbos en el extranjero, ha ideado una App llamada Inmigramob con la que inmigrantes sin recursos pueden aprender español. ”Inmigramob es la manera que tengo de agradecer lo que he vivido como inmigrante”, señala. –¿Cuánto hay en Inmigramob de trabajo de máster y cuánto de proyecto empresarial? –La idea es mía pero el resultado es fruto de un trabajo de equipo. Surgió cuando mi tutora de máster en México, Larisa Enríquez, me puso en contacto en Madrid con una entidad que trabajaba con inmigrantes. Muchos no podían ir a clases para aprender español y pensamos que a través de las nuevas tecnologías podía superarse este problema. Empezamos a trabajar en la aplicación móvil y una vez evaluada contactamos con Telefónica. Con ellos pudimos mejorar el diseño de la APP, de manera que ofreciera contenido de calidad. Además, constatamos que los inmigrantes se conectan bastante a internet en los locutorios, por eso diseñamos también actividades virtuales que pueden realizar on line o que pueden descargarse de la página web inmigramob.com. Para acceder a los materiales no hay que registrarse ni poner mail. Hay que tener en cuenta que los inmigrantes de los que hablamos no tienen competencias digitales y hay que facilitarles el acceso a la web. Y sí, Telefónica nos insiste mucho en que convirtamos InmigraMob en un proyecto empresarial, de negocio. Pero de momento no. –¿Por qué no? –Es para inmigrantes sin recursos. En todo caso, tendrían que ser las ONG las que abonasen alguna cantidad, e InmigraMob es un compromiso que tenemos con este colectivo. Nuestro objetivo es seguir facilitando enseñanza gratuita a inmigrantes sin recursos. –Usted ha podido desarrollar este proyecto gracias a que la UE le ha costeado una beca como la Erasmus Mundus. En España, la política de becas, entre ellas la Erasmus, está en cuestionamiento, con recortes drásticos. ¿Qué consecuencias tiene esto para el país desde su punto de vista? –Justo al terminar la carrera, empecé a buscar un máster o trabajo en España. No encontré trabajo y los másteres eran caros (aunque no tanto como ahora), así que estoy muy agradecida por la beca Erasmus Mundus de la UE. InmigraMob no es más que mi manera de devolver a la sociedad lo que ella me ha dado en forma de becas. Ya en 2007 fui con una Erasmus a Orleans. Si no hubiera sido por las becas, no hubiera pensado en ir más allá. Me parece importante que se apueste por la educación en personas que están dispuestas a rentabilizar la ayuda que reciben. No todas las familias pueden costear estudios superiores. Cuando escucho los recortes en becas que se hacen en España me pregunto qué habría sido de mí en caso de no haber podido estudiar lo que he estudiado hasta el momento. –¿Comparten su opinión sus compañeros extranjeros? –Veían con muy buenos ojos que yo recibiera dinero de las arcas públicas. Me sorprendió, sin embargo, que compañeros españoles cuestionaran estas políticas. –¿Usted ha ejercido la movilidad exterior de la que habló la ministra Báñez por vocación o por necesidad? –Pues un poco por las dos cosas. Después de haber cursado el máster y, tras años de aquí para allá, me hubiera gustado quedarme en España, pero al terminar el máster no me ofrecieron nada aquí y sí en Francia. Los compañeros extranjeros se quejan, y doy fe de ello, de las dificultades que pone España para convalidar sus estudios. Hay mucha burocracia. A mí, sin embargo, en el extranjero me han abierto siempre las puertas. En el fondo Inmigramob es la manera que tengo de agradecer lo que he vivido como inmigrante. Me han dado cosas en el extranjero que en mi país me han negado. Me da vergüenza. –España no da una buena bienvenida a los inmigrantes que intentan cruzar por Melilla, con una valla cubierta de cuchillas. –No me refiero sólo a eso cuando hablo de la acogida a los inmigrantes. Me refiero más a cosas como la que le ocurrió a una amiga de Colombia en un bar. Estando allí escuchamos a alguien diciendo: “¡Qué cantidad de negros!”. Los extranjeros no se pueden creer que sigamos pensando así. Hay quien sólo ve negros en los semáforos y no a los que trabajan en los bancos. –¿Le avergüenza España? –No me avergüenzo de mi país. Ningún país es perfecto. Es cuestión de educación. España es así porque hace muy poco tiempo que acabó la dictadura franquista. Las cosas no se pueden cambiar de un día para otro. –¿Y hay caldo de cultivo para cambiar las tornas? –Hay que empezar desde los mismos profesores. Los hay que tienen un discurso muy retrógrado. Gracias a que he estado fuera muchos años y desde muy joven he podido cambiar esquemas mentales que me inculcaron desde pequeña. Animo a todos los que puedan a que vivan esta experiencia, la de vivir fuera de España. Compañeros míos que tenían comentarios racistas hacia extranjeros están ahora viviendo fuera de España y ven cómo les tratan allí, abriéndoles las puertas mientras aquí los hemos llamado machu pichus.

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