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Medio millar de sevillanas lleva las prótesis de pecho defectuosas

Entre las operadas se ha desatado una “histeria colectiva” al decretar países como Alemania o Francia su extracción masiva

el 28 ene 2012 / 19:25 h.

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Casi medio millar de mujeres sevillanas sometidas a una operación estética de aumento de pecho llevan las prótesis mamarias del fabricante francés PIP (Poly Implant Protheses), que pese a haber pasado los controles de la Agencia Europea del Medicamento se han revelado como defectuosas al estar fabricadas con silicona industrial y cuyo presidente, Jean-Claude Mas, fue detenido el jueves. Francia, Alemania y Holanda ya han recomendado la extracción masiva de las prótesis e incluso se han comprometido a asumir el coste de estas operaciones mientras que el Ministerio de Sanidad español, de momento, solo ha dictado la vigilancia de las mujeres operadas para retirar las prótesis en caso de rotura. Sin embargo, el Defensor del Paciente, la asociación de afectadas constituida por una paciente valenciana y que ya aglutina a 2.000 mujeres en toda España y algunos profesionales ya han demandado al Gobierno español que siga el ejemplo de Francia o Alemania.


En Sevilla y Andalucía, ninguna de las mujeres que llevan estas prótesis han sido operadas en el sistema público sanitario, como sí ocurre en comunidades como Valencia, ya que según confirmaron fuentes del SAS las prótesis PIP no estaban incluidas en el catálogo de las autorizadas para las reconstrucciones de mamas que se realizan en el sistema público, por ejemplo en el caso de pacientes con cáncer que hayan sufrido una mastectomía, ya que las operaciones estéticas no son sufragadas por el SAS.


Así, todos los casos existentes corresponden a mujeres operadas en clínicas privadas a las que Salud ha remitido una comunicación para conocer la cifra de personas afectadas. Según los datos recibidos hasta ahora, solo en Sevilla hay 471 (1.091 en Andalucía). A la asociación de afectadas se han unido apenas cuatro o cinco (una treintena en toda Andalucía) y asociaciones de consumidores como Facua han recibido algunas quejas, pero muchas prefieren no salir a la palestra ya que en su entorno no saben que están operadas.


Las prótesis PIP dejaron de utilizarse en España en 2010 ante el elevado índice de roturas, aunque estas incidencias no fueron notificadas en el sistema de vigilancia del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, a la asociación de afectadas han llegado casos de mujeres que las llevan pese a haberse operado después de esa fecha e incluso denuncian que hay clínicas que aún las siguen utilizando. Esta asociación promueve una demanda colectivo contra el fabricante pero también estudia acciones legales contra las clínicas privadas que las utilizaron y contra las autoridades sanitarias españolas y europeas por negligencia en los debidos controles del producto. En Valencia -la comunidad con más casos y donde la sanidad pública está asumiendo las extracciones en los casos de pacientes operadas en el sistema público-, la Fiscalía ya ha abierto diligencias a raíz de varias denuncias. La Fiscalía de Sevilla no ha recibido de momento ninguna.


Y es que en Estados Unidos ya prohibieron el uso de estas prótesis en 2001. En 2006, el cirujano plástico Jaume Serra, que ha trabajado en varias clínicas de Barcelona y Valencia y ahora colabora con la asociación de afectadas, alertó del riesgo en varias ocasiones, incluso con cartas dirigidas personalmente a la exministra de Sanidad Trinidad Jiménez, al detectar un volumen de roturas muy elevado en prótesis de esta marca.


La Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre) ha emitido una recomendación por la que insta a las clínicas que hayan trabajado con las prótesis PIP a contactar con las pacientes y hacerles una revisión, una conducta que no todas están siguiendo. A finales de este mes, la Secpre celebrará una reunión para decidir si adopta nuevas recomendaciones tras la decisión de otros gobiernos.


Cuando a una mujer le implantan unas prótesis mamarias recibe una especie de "carné" en el que constan todos los detalles de las prótesis que llevan: la marca, el fabricante, la procedencia, el número de lote y el sello de haber pasado los debidos controles. Pese a esta información, el presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, el doctor Javier Fregenal, reconoce que hay "una histeria colectiva" entre todas las mujeres operadas, "llamando a las clínicas para ver si tienen las prótesis PIP o no".


Según Fregenal, hay clínicas que trabajan con una sola marca pero lo normal es que utilicen varias y ofrezcan a la paciente distintas posibilidades a diversos precios. "Hay dos o tres que son digamos las marcas de calidad y por tanto más caras, y luego hay un grupo de un nivel inferior en el que se encontraban las PIP, pero perfectamente homologadas y con buena relación calidad-precio", explicó. Hay pacientes que "exigen una marca concreta".


Fregenal recomienda a las mujeres operadas que lleven las prótesis PIP acudir a su cirujano y en caso de rotura extraerlas, pero desconoce "qué datos manejan los franceses para recomendar su extracción masiva, porque hasta ahora lo que se sabe es que se rompen más de lo normal. Ahora parece que llevan un material inadecuado, pero la duda es si son perjudiciales". Según el presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica no se puede hablar de una "vida media" porque "en muchos casos no ha pasado tiempo suficiente para saberlo". En lo que sí coinciden los expertos es en que es mejor extraerlas antes de que se rompan para que la silicona de su interior no se adhiera a los tejidos.

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