Pepe Mel viajó a Granada con pocas ganas de Copa porque el partido de Granada interfería en sus planes ligueros, pero la remontada y la victoria final le devolvieron la sonrisa y ahora no se la quita ni el hecho de jugar 120 minutos en la Copa, con el desgaste que eso supone. "La Copa ha sumado más que ha restado y nos ha hecho trabajar con más alegría. Vamos a Elche con una sonrisa. Cuando se gana, las cosas se ven de otra forma. El equipo está entero", indicó ayer Mel, que advirtió que "el Elche va a proponer un partido muy físico" y pronosticó que "será difícil hacerle ocasiones". "Al Betis se le dio horrorosamente el Elche el año pasado", recordó. "Para mí, todos son rivales directos. Tenemos 42 finales. Si no ganamos treinta, no subimos", añadió.
Para Mel, la clave de que su Betis se esté comportando como no había hecho en muchos años es que tuvo éxito al "contagiar las ganas" que tenía él "de hacer bien las cosas". "Los futbolistas reconocieron sus errores del año pasado y todo funcionó mejor. Si todos tenemos hambre, nadie se queda atrás. En Segunda, cada partido es un esfuerzo a tope. A los partidos bonitos todos se suman, pero de esos hay pocos en Segunda. Los partidos que hay que ganar son los feos, como el de Huelva. En el momento en que seamos once con la pelota y siete para defender, perderemos. Ahora es muy difícil coger al Betis en un despiste", se felicitó.
Mel también se congratuló por la aportación de toda la plantilla. "Cada partido que pasa descubrimos un jugador nuevo que se suma a la causa", recalcó. Pero no quiso excederse, más bien al contrario, en los elogios que se está ganando Emana: "Para que pueda hacer eso, los nueve jugadores de campo hacen un trabajo descomunal. A Emana lo liberamos de muchas cosas", matizó.
