Cultura

Melendi celebra su décimo aniversario en la mejor compañía posible

El ovetense hizo un repaso a su carrera en un auditorio que rozó la media entrada.

el 27 sep 2014 / 12:30 h.

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Melendi0012 Por Álvaro Parra Otro lío de Melendi. Con este titular amanecieron numerosos tabloides al comienzo de la semana, y la noticia por irrelevante e insustancial era digna de la primera sonrisa de la mañana. Informaban que en plena autopista varios conductores habían obligado al cantante a reducir moderadamente la velocidad de su coche para proferirle diversos insultos y amenazas, vinculándose instantáneamente el suceso con algún turbio asunto del crimen organizado. Abrumado ya por continuas calumnias, el ovetense decidió contestar publicando una canción satírica cargada de humor que está causando furor por la red. Original, ¿verdad? Pero polémicas aparte, y yéndonos a lo que nos atañe, Melendi llegaba la pasada noche a Sevilla con la responsabilidad de demostrar su valía calibrando el termómetro más sensible que existe para un artista, un arrebatador público que consiguió una respetable entrada en el Auditorio Rocío Jurado, y que ya desde primeras horas de la mañana guardaba cola a las puertas del mismo. No era para menos, pues había una alta expectación por el nada desdeñable décimo aniversario en la música del cantante. La amenaza de lluvia no consiguió disuadir el ambiente festivo del gentío allí congregado, y pasadas las 22 horas puso pie en el escenario luciendo sonrisa canalla, bien acompañado por los primeros acordes de Mis alas son tus hojas. Así dio comienzo un concierto que pronto se convertiría en un repaso a sus grandes éxitos, siendo el primero de ellos la archiconocida Con la luna llena, que llevó a la locura al juvenil público de las primeras filas. Y entre las canciones, aplausos, frases bien elegidas que provocaban risas, y agradecimientos, muchos agradecimientos. Cabe destacar que su voz nunca podrá situarse al nivel de los más grandes, pero lo cierto es que mejora notablemente en directo gracias al empaque de una banda de acompañamiento que se desenvolvía a la perfección, y que conseguía momentos realmente sobresalientes en lustrosos compases de tintes rock que desahogaban de manera evidente al público en las partes más farragosas del concierto. Si bien es cierto que el apartado visual fue algo precario con imágenes descompasadas de videoclips oficiales intercalados con letras de canciones. Y prosiguiendo esta tónica, rozando ya las dos horas de actuación bis mediante, el cantante culminó de forma notable un acto que no hizo más que evidenciar que sustenta su rotundo éxito en la composición lírica y en la voraz personalidad que le imprime a sus canciones, más allá de ritmos pegadizos parejos a la radiofórmula o malabarismos vocales. Destacando precisamente en aquello que más en falta se echa en el panorama pop actual. Melendi no defraudó.

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