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“Miraflores aspira a ser un barrio de turismo con la Fábrica de Vidrios”

Esteban Suárez Liébana, presidente de la asociación vecinal Miraflores-La Trinidad.

el 21 abr 2013 / 00:00 h.

El presidente vecinal de Miraflores, Esteban Suárez, posa ante la remozada fábrica de sedas de Santiago Pérez, reconvertida en viviendas. El presidente vecinal de Miraflores, Esteban Suárez, posa ante la remozada fábrica de sedas de Santiago Pérez, reconvertida en viviendas. En sus 72 años ha visto de todo. Desde la época dorada del Miraflores industrial, con chimeneas y fábricas a revienta calderas, hasta su reciente ocaso con el cierre del último de estos negocios que han dado de comer a todo el barrio. Esteban Suárez pasea cada mañana entre edificios catalogados que duermen por desidia administrativa. Desde la entidad vecinal que preside desde hace dos años, trabaja por dar un nuevo enfoque a este enclave macareno que ha sido “víctima” del cambio de circulación de la Ronda Histórica y de la implantación del carril bici en detrimento de las plazas de aparcamientos. –¿En qué situación se encuentra actualmente la barriada de Miraflores? –En una de las peores de su historia. El caserío de viviendas tiene más de 50 años, a excepción de los nuevos bloques de pisos que se han rehabilitado o construido hace poco. Toda la industria de la zona, como la fábrica de cristales, la de la seda, la de tejidos, la tintorería Crespo, el Bazar España, el taller de Obras Públicas... han ido cerrando. La última fue la Fábrica de Vidrios en 2000. Ahora la zona está muerta, sin el trasiego de gente que acudía a trabajar a estos centros, y que tan bien venía a los negocios del barrio, como comercios, bares y restaurantes. –Y encima viene la crisis para terminar de echar una mano... –Hace unos años comenzaron a restaurarse algunos edificios, como la fábrica de seda de Santiago Pérez y la de tejidos La María, ambos reconvertidos en viviendas. Pero todavía queda mucho por recuperar y muchos solares vacíos con un futuro incierto. Desde luego que la crisis económica ha frenado la transformación de un barrio industrial que aspira a ser turístico con la puesta en valor de la antigua Fábrica de Vidrios. –¿Qué novedades hay sobre el proyecto de rehabilitación de la Fábrica de Vidrios La Trinidad? –Poco, la verdad. Está parado con la crisis, como todo. La idea es hacer un museo del cristal, donde también iría una escuela taller. El futuro del barrio de Miraflores depende de la musealización de esta Fábrica de Vidrios. Su puesta en marcha permitiría la implantación de otro tipo de comercio, de restaurante y bares de tapas más enfocados al turismo. Además se comerciarían los cristales que fabricara una escuela taller, que supondría nuevos puestos de trabajo. La Fábrica de Vidrios es fundamental para la revitalización de un barrio que quiere aprovechar su legado industrial para tener un futuro, pues no sólo hablamos de este edificio catalogado sino también de las fachadas restauradas y conservadas de otras tantas fábricas que hace años hicieron de Miraflores el sustento de muchos hogares sevillanos. –Uno de los males endémicos del barrio es la falta de aparcamiento, ¿qué propone? –Al anterior Gobierno municipal [POSE-IU] le presentamos 1.831 firmas para que se construyera un aparcamiento subterráneo en el solar de antiguo Bazar España. Le pareció buena idea a los dirigentes de entonces, pero no llegaron a hacer nada. Al final en ese terreno se levantó una residencia de anciano que gestiona una entidad. El proyecto del año 2000 incluía dos edificios y un plazo de ejecución de cinco años. De momento sólo se ha hecho uno y el plazo ya ha expirado. Esta asociación vecinal considera que en ese terreno baldío que actualmente sirve de aparcamiento personal de los trabajadores del asilo, se puede hacer el parking que reclama el barrio, pues, ¿qué mejor que ese terreno municipal sea para uso de todos los sevillanos y no para una entidad concreta? –Sin embargo, ya se está realizando un parking subterráneo en la avenida de Miraflores... –Sí, pero ello no solucionaría todo el problema. Se están construyendo cuatro plantas de aparcamientos sobre tres plantas de viviendas. Pero, no se trata solo de los residentes. También tenemos la población flotante de los usuarios de la clínica de la Cruz Roja, que, como no tienen donde estacionar en la Ronda, vienen aquí. –¿Cómo han influido estos cuatro años de sentido único en la Ronda Histórica? –Muy mal, la verdad. Han ido en detrimento del barrio. Si Miraflores estaba antes en el número uno de los barrios sevillanos en cuanto a comunicación y circulación, ahora está en los últimos puestos. Los vecinos estamos a favor de que vuelva el doble sentido a la Ronda. Antes salías de aquí y en un minuto te ponías en la Macarena. Ahora tienes que irte a la segunda ronda [por Pío XII] y llegar hasta Torneo dando una vuelta grandísima. Ello se ha cargado al poco comercio que había aquí. Eso sin contar la doble fila y los coches estacionados encima de la acera que se pueden ver los fines de semana en los primeros números de la avenida de Miraflores con los establecimientos de comida rápida. –Otro de los grandes cambios fue en la avenida de la Cruz Roja con el carril bici... –Estuvo seis meses cerrado y vallado, sin circulación. Y luego volvieron a abrir la calle para meter el alcantarillado y el agua. El carril bici en la Cruz Roja ha supuesto la eliminación de más de 100 plazas de aparcamientos para residentes, y no nos han dado ninguna alternativa. Y me pregunto, ¿tan necesario era? Dicen que pasan más de 10.000 ciclistas pero no llegan ni a 100. Además van por todos lados y a una gran velocidad sin respetar al transeúnte. Es un verdadero peligro.

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