La Iglesia Colegial del Salvador, joya del barroco sevillano, ha quedado de nuevo consagrada al culto con una misa en la que el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ha pedido que sirva para "reconciliar" la fe y la cultura, para lo cual será sede de varios actos culturales.
En su homilía, el arzobispo ha tenido un emocionado recuerdo a Juan Garrido Mesa, delegado episcopal para la restauración del templo, que falleció en mayo de 2007 y cuya memoria "permanecerá imborrable entre nosotros, llena de admiración y gratitud", según ha afirmado.
Según el cardenal arzobispo, "Dios lo puso en nuestro camino, no sólo para llevar a cabo un difícil proyecto de restauración de un templo, sino para darnos ejemplo de una entrega fiel a su Iglesia diocesana y de una generosidad sin límites".
Carlos Amigo ha afirmado que en el templo restaurado "todo es armonía y belleza", y que esta obra "tan hermosa y bien hecha no es más que el perfil de esa incomparable imagen de Cristo, que es la belleza completa".
Ha anunciado que la Iglesia Colegial del Divino Salvador será también "un espacio que, en alguna forma, ayudará a la reconciliación entre la fe y la cultura", por lo que aquí tendrán lugar diversas actividades culturales que "avalarán todavía más, si cabe, su incuestionable esencia de lugar de oración, sacramentos, culto y Eucaristía".
El arzobispo ha recordado también la "inteligencia y buen oficio" puestos en la restauración por el arquitecto Fernando Mendoza Castell y la labor del abogado Joaquín Moeckel, abanderado del proyecto "Todos con El Salvador" que "llevó la iniciativa de una participación ejemplar".
La iglesia ha sido objeto de una restauración integral durante cinco años, tras ser cerrada, por motivos de seguridad, en marzo de 2003.
La liturgia de dedicación de la iglesia se ofició en el rito hispano mozárabe, por la especial vinculación del lugar con los santos arzobispos Leandro e Isidoro, mientras que el rito de consagración se realizó siguiendo el ritual latino de Dedicación de una Iglesia.
Una vez finalizado el acto religioso, el cardenal descubrió una placa en homenaje al canónigo Juan Garrido Mesa, principal artífice de este trabajo y que falleció antes de ver finalizada su labor.
Este templo del siglo XVII, construido sobre la antigua mezquita del siglo IX, ha pasado a depender directamente del Arzobispado y, con sus obras prácticamente finalizadas, acogió la pasada Navidad unas jornadas de puertas abiertas, en las que casi 90.000 ciudadanos pasaron por la restaurada iglesia para admirar su majestuosidad y el valor del trabajo de recuperación hecho durante casi cinco años.
Todas las imágenes de las hermandades que tienen su sede canónica en el templo ya han regresado al Salvador, después de cinco años de obligado "exilio" debido a la rehabilitación integral de sus muros, retablos o cubiertas, aunque aún quedan pendientes algunos trabajos de restauración, como los de la torre, algunas pinturas y vidrieras, o su antiguo órgano.
