Al menos 80 ballenas piloto de aleta larga (calderón común o globicephala melas) murieron en la costa de la isla de Tasmania, en el sureste de Australia, aunque otras 30 sobrevivieron y fueron devueltas al mar, según informaron las autoridades. Los cetáceos fueron avistados desde el aíre el sábado en el mar del cabo de Sandy, donde se golpeaban con las rocas, y el servicio de Naturaleza y Parques de Tasmania envió a un equipo dirigido por la especialista Rosemary Gales al remoto lugar.
"El informe aéreo indica que las ballenas se han atascado en una zona rocosa del litoral y que su condición es muy mala", indicó Gales antes de partir. Otras 65 ballenas de la misma especia quedaron varadas en otra playa del sur de Australia y sólo 11 lograron volver mar adentro ayudadas por las autoridades, ecologistas y voluntarios.