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Último adiós a un religioso ejemplar

Multitudinaria despedida de Francisco Navarro en la misa oficiada por Amigo Vallejo

el 23 jul 2013 / 12:27 h.

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entierro-fco-navarro-01Numerosas personalidades, familiares y amigos del canónigo de la Catedral de Sevilla Francisco Navarro Ruiz se desplazaron en la mañana de ayer hasta el templo hispalense para tributar una emocionada despedida al sacerdote, fallecido a los 69 años tras un año batallando contra el cáncer. El que fuera en los últimos tiempos párroco de Los Remedios y presidente de la Fundación Forja XXI recibió así su último adiós en una misa oficiada por aquel de quien fuera estrecho colaborador, el cardenal emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo. “Francisco tenía la idea y el modelo de la Iglesia católica del Medioevo. Para él era lugar de culto, porque es aquí donde se tiene que escuchar la palabra de Dios y se ofician los sacramentos, pero también tenía que ser cátedra y escuela, donde se aprendieran oficios, artes y letras, y también casa abierta para los pobres. A todo ello dedicó su ilusión y gran parte de su vida”, dijo el cardenal emérito, quien recordó que “la muerte no nos mata, es puerta para la vida eterna”, apostilló. Desde minutos antes de las diez de la mañana, las campanas doblaban a difunto sobre el cielo de la avenida de la Constitución. En el interior del templo, los canónigos recibían el féretro y lo acompañaban hasta el Altar del Jubileo, encabezados por el deán de la Catedral y vicario general de la Diocésis, Teodoro León. Una multitud silenciosa quiso demostrar con su presencia la admiración y el cariño que Navarro despertaba entre quienes le conocieron. El grueso de los sacerdotes diocesanos desfiló por la nave con el órgano de la Catedral elevando sus notas hasta las bóvedas, hasta que el maestro de ceremonias del templo, Luis Rueda, abrió el solemne acto. Inicialmente estaba previsto que la misa la oficiara el arzobispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, pero finalmente fue Carlos Amigo Vallejo, acompañado por Gómez Sierra y por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos Pérez, quien asumió esta labor en recuerdo de su estrecho colaborador a quien definió como un sacerdote ejemplar “que llevaba el testimonio deCristo allí donde iba”. Junto a los familiares de Navarro, destacó la presencia del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Carlos Bourrellier; el tesorero de dicho consejo, Tomás Vega; la hermana mayor de Los Javieres, Maruja Vilches; el director de la Fundación Forja XXI, Juan José Ruiz; y el secretario del Patronato de dicha fundación, Juan de Benito; la presidenta de la Fundación Persán, Concepción Yoldi; y el antiguo hermano mayor de San Benito, Manuel Bermudo, entre muchas otras personalidades. En la representación política, destacaron el delegado de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo, Gregorio Serrano; y la directora del Centro de Estudios Andaluces, Mercedes de Pablos, unida a Navarro por lazos familiares. “Fue un hombre culto, respetuoso, de un enorme sentido del humor, con independencia de criterio pero con lealtad a la institución. Siempre empeñado en la obra social y en la formación, creía que los tiempos nos hacen cambiar, y que dogmas como el papel de la mujer o el celibato no eran sustanciales a la labor de la iglesia. Era un intelectual del concilio de Pablo VI. Su experiencia diplomatica le avalaba como el gran negociador que era. Era excepcional y brillante... Como para no provocar celos”, concluyó. Muy comentada fue la ausencia –sin justificación aparente– del arzobispo, Juan José Asenjo, cuya actual ubicación se ignora. En su nombre, Gómez Sierra anunció que el próximo lunes, a las 20.00 horas, tendrá lugar la misa en memoria de Navarro en la Parroquia de Los Remedios, de la que el difunto era párroco.

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