Rafa Nadal tiró de casta para clasificarse para los octavos de final del Abierto de Australia, en una jornada en la que se despidió Guillermo García-López así como Andy Roddick, que perdió en un maratoniano encuentro ante el alemán Philipp Kohlschreiber.
El número dos del mundo debió emplearse a fondo ante el francés Gilles Simon, 33 del mundo, muy agresivo durante la primera manga y que le puso en serios apuros. No obstante, el manacorense se plantó en octavos tras imponerse por 7-5, 6-2 y 6-3 en un partido que se alargó hasta las dos horas y 26 minutos. Simon saltó a la Rod Laver Arena sin ningún tipo de complejo y a punto estuvo de sorprender a un Nadal que no encontraba su sitio.
Así, el francés se adelantó en el electrónico (5-2) y dispuso de seis bolas de set para cerrar la primera manga. En ese momento, el orgullo hizo reaccionar al mallorquín, que siempre se crece en los momentos de adversidad y sacó sus mejores golpes para dar la vuelta al parcial (7-5) y acabar con las esperanzas de su rival.
En las dos siguientes mangas, afinó su saque y ya no dio casi opción a Simon aunque el francés no se lo puso fácil en ningún momento y sucumbió tras salvar cinco match points. En la siguiente ronda tendrá como rival a otro francés Paul Henri Matthieu, que se impuso al austriaco Stefan Koubek, verdugo de Carlos Moyá en primera ronda. Los precedentes benefician a Nadal, que ha doblegado al galo, número 25 del ranking, en las seis ocasiones en que se han enfrentado.
La mala noticia del día para la Armada fue la eliminación de Guillermo García-López, que no pudo clasificarse por primera vez para los octavos de un Grand Slam, al perder ante el francés Jo-Wilfried Tsonga, por 6-3, 6-4 y 6-2.
La sorpresa de la jornada llegó de la mano del estadounidense Andy Roddick, tras caer en un maratoniano encuentro de casi cuatro horas ante el germano Philipp Kohlschreiber (4-6, 6-3, 6-7 (9), 7-6 (3), 8-6). Roddick, que fue semifinalista en 2007, cosecha así su peor resultado en Australia desde el año de su debut, en 2002.
