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No es bar sólo para guiris

La Hostería del Laurel (Barrio de Santa Cruz). La literatura y el buen hacer culinario están reflejados en su historia.

el 08 ago 2014 / 12:30 h.

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gastronomia-01 Acogedor rincón de La Hostería del Laurel, que conserva el aroma tradicional de los buenos lares sevillanos. / J.C. No sé yo si esa que dicen la generación más preparada de la historia estará al tanto del encuentro de los señores Don Juan Tenorio y de Don Luis Mejía, por obra y gracia de la pluma del dramaturgo vallisoletano José Zorrilla, mantuvieron en la primera escena de la obra Don Juan Tenorio precisamente en el local que hoy nos ocupa, por cierto, fue Don Diego, padre del protagonista el que pregunta al hostelero Buttarelli: «¿La Hostería del Laurel?», «En ella estáis caballero», le responde el mesonero italiano. Y aquí estamos, rodeados de historia, pues no en balde hay noticias de la existencia del negocio desde 1840, del 44 es la obra zorrillesca, fonda donde comer, beber y dormir, la califica Zorrilla, que parece que se alojó en la casa mientras escribía su famosa obra teatral, cosa que hoy sigue siendo, pues la Hostería no es sólo bar y restaurante, cuenta también el mismo edificio con un hotelito para alojarse en pleno corazón del barrio Santa Cruz, y en su Plaza de los Venerables se encuentra dicho edificio, zona peatonal y de bellísimo entorno donde cuentan con una cómoda terraza. gastronomia-02 Algunas tapas de la Hostería./J.C. En 1978, el padre del actual propietario, David Márquez, gary para los amigos, compró el negocio, creándose el hotel en las plantas superiores en 1989. El local en sí respeta el ambiente de mesón antiguo, evocando lo que podría haber sido perfecto escenario para las andanzas de los caballeros calaveras del XVI reflejados en la obra. Maderas antiguas, por las paredes cuelgan reposteros heráldicos, azulejos, fotos antiguas, piedras blasonadas, trofeos de caza, incluso unos bajorrelieves de madera con escenas de la obra de Zorrilla, en un rincón frente a la barra, especialmente acogedor, junto a una buena colección de botellas antiguas de Rioja. Del techo cuelgan grandes lámparas de forja, jamones de la sierra onubense, ristras de ajos y pimientos secos y, claro, matas de laurel. Buena barra y varios salones con mesas, para completar un local grande, pero acogedor y con mucho sabor. Sabor no sólo en el ambiente, sino también en la carta de sugerencias culinarias, de la cual nos fijamos en esta ocasión en las tapas, y aquí queremos hacer una pequeña reflexión, de donde sacamos el título de esta crónica, ya que muchas veces se descalifican bares de las zonas turísticas con el calificativo de «es para guiris», aquí naturalmente que entran turistas, pero La Hostería tiene características para ser un bar también para los sevillanos. Para ello cuenta con una cerveza fría y bien tirada y unas cuantas tapas de mérito. Empezamos por un Salmorejo con crujiente de patata, jamón y huevo duro (3,75 euros) de buena factura y presentación, con la originalidad de llevar patatas en la mezcla, plato de temporada fuera de carta que acompañamos con un muy bien Habidis, blanco del Condado de Huelva. También un plato fresco para el verano es la Ensalada de gulas y salmón marinado (4,50 euros), con un toque de aliño cítrico que nos hizo recordar maneras de ceviche, muy fresco. Tapa de mérito son los Tacos de atún con gambas y espinacas (4,50 euros), sorprendiéndonos de entrada unas hojas de espinacas con un toque de ajo y bien hermanadas con el atún, más hecho de lo que nos gustaría, y las gambas, el conjunto funciona perfectamente, gran tapa.  Quisimos probar algo de carne y no nos equivocamos con unos jugosos trozos de Solomillo de ternera con reducción de Pedro Ximénez (5 euros), servidos sobre una patatas fritas de verdad y que acompañamos con la versión en tinto del Habidis onubense. Por precio y dimensiones, podríamos decir que aquí se apuntan a esa moda de la tapa/plato tan en boga, aunque hay tapas más baratas y de atractivo reclamo, como el chorizo al vino blanco (2,80 euros), las espinacas con garbanzos (2,80 euros), el pollo al ajillo (3 euros), o unos boquerones fritos o un adobo a 3 euros la tapa. En resumen, una cocina de corte tradicional, bien elaborada y en un entorno que debería estar frecuentado por tertulias culturales o cosas como la Cofradía del Gazpacho Sevillano, que creo que ni existe, así nos va. Domicilio: Plaza de los Venerables, 5 41004 Sevilla. Horario: De 12:00 a 16:00 y de 19:00 a 24:00. Todos los días. Teléfono: 954 220 295. Propietario: David Márquez.

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